Han pasado ya tres días desde que Jorge Lanata mostró en su programa PPT de Canal 13 la imagen que acompaña estas líneas.
Se anunciaba —de manera tácita— un supuesto informe que delataría la conexión entre el actual gobernador de San Luis y Lázaro Báez.
Sin embargo, tras mostrar durante más de media hora la imagen gigante del Alberto Rodríguez Saá, el gordo no dijo absolutamente nada y se cerró el programa hacienco mutis por el foro.
Hacía mucho tiempo que no asistíamos a un "olvido" semejante. ¿Qué pudo haber contenido la investigación?
Es conocida desde hace décadas la relación de la administración puntana con la firma Rovella Carranza SA, creada por un ingeniero de Quines, una pequeña población de esa provincia.
La firma creció al calor del poder local y, con la llegada del kirchnerismo, amplió su espectro llegando a facturar unos 17 mil millones de pesos en obra pública.
La empresa fue allanada hace pocas semanas porque el fiscal Ricardo Delgado supone que la constructora fue manejada casi como propia por el ex Secretario de Obra Pública de la Nación, José López, a través de uno de los tantos sellos de goma que adquirió Lázaro Báez durante la década ganada.
Un diputado opositor sanluiseño, Walter Oio, sostiene que Rovella cobró dos veces algunas obras, ya que recibió dinero provincial y también nacional para hacer un mismo trabajo.
Este legislador salió al aire por TN y varias radios porteñas y, además, viajó a Buenos Aires para grabar las mismas denuncias en canales de TV.
¿Era esa la nota que se "extravió" el domingo pasado? ¿Saldrá al aire el domingo próximo?
¿No debería Lanata explicar por qué amenazó con una revelación de tan alto calibre y luego guardó violín en bolsa?