En una medida sorpresiva e inesperada, Cristina Kirchner decidió disolver hoy por decreto la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA), al tiempo que pasó la potestad de esa cartera al Ministerio de Economía.
Así quedó refrendado a través del decreto 192/2011, publicado hoy en el Boletín Oficial, con las firmas de la Jefa de Estado y de todos sus ministros. Pero esa unidad, además, estará integrada, según otro decreto —el 193—, por Guillermo Moreno.
Aunque sorpresiva, se sabía que esa medida sería tomada tarde o temprano por el kirchnerismo, ya que la matriz de corrupción de la ONCCA era ya insostenible y había puesto en jaque a la administración de Cristina Kirchner.
Por caso, existen sendas denuncias judiciales que comprometen sobremanera a Ricardo Echegaray por el otorgamiento de subsidios a feed lots inexistentes y que se presumen pertenecen en realidad a cajas de funcionarios del Gobierno Nacional.
Es por ello que Cristina Kirchner tenía en mente, al menos desde hace tres meses cambiar las autoridades de la ONCCA, cargo que le ofreció a la ex titular de la Aduana Silvina Tirabassi, tal cual publicó este medio en exclusiva.
Por otro lado, la mandataria siempre tuvo en su mente la idea de premiar a Guillermo Moreno por el trabajo de amedrentamiento que llevó adelante durante años, no solo a empresarios y consultoras, sino también a funcionarios del Indec. Oportunamente este periódico dio cuenta de ello, cuando trascendió —gracias a fuentes oficiales— que el kirchnerismo quería nombrar a Moreno al frente de la AFIP o la Aduana.
Como sea, lo ocurrido hoy con la disolución de la ONCCA es todo un símbolo de que las denuncias de corrupción sí preocupan al seno del Gobierno.
En realidad, la presión a la Justicia es cada vez menos efectiva y los expediente que salpican a funcionarios oficiales son cada vez más voluminosos.
Equipo de Política de Tribuna de Periodistas