El primer ministro del Reino Unido, David Cameron, acusó este miércoles a la Argentina de "colonialismo", en el marco de la sesión semanal de preguntas en la Cámara de los Comunes.
"El punto clave es que nosotros apoyamos el derecho de los habitantes de las islas Falklands a la autodeterminación y lo que los argentinos han estado diciendo recientemente es, en mi opinión, mucho más colonialismo porque lo que esta gente quiere es seguir siendo británica y los argentinos quieren que hagan otra cosa", indicó el funcionario.
Si bien las relaciones entre la Argentina y el Reino Unido no han sido buenas desde 1982, desde diciembre pasado las diferencias no han hecho más que acrecentarse, momento en que los países del Mercosur y asociados firmaron una declaración que establece la prohibición del ingreso de naves con bandera de Malvinas a puertos del bloque sudamericano.
Preguntado por un diputado conservador sobre si "deploraba" las recientes acciones del gobierno argentino, Cameron explicó que el tema de las Malvinas fue abordado el martes en una reunión del Consejo de Seguridad Nacional y que lo reunió para "asegurar la defensa" de las Islas.
"Estoy decidido a que nos aseguremos de que nuestras defensas y todo lo demás esté en orden", dijo el primer ministro.
Posteriormente, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, calificó de "ofensivas" las palabras de Cameron, mientras que el canciller Héctor Timerman sostuvo que "llama la atención que Gran Bretaña hable de colonialismo cuando es un país sinónimo de colonialismo".
"En lugar de convocar a su Consejo Nacional de Seguridad, Gran Bretaña debería llamar a Ban-ki Moon (secretario General de Naciones Unidas) y responder que acepta las múltiples resoluciones de ese organismo instando al diálogo por la cuestión Malvinas para alcanzar una solución pacífica", lanzó Timerman.
Por su parte, el senador kirchnerista Daniel Filmus mantuvo que Cameron utiliza la situación de Malvinas para tratar de tapar la crisis económica que atraviesa su país.
"Sólo es explicable este exabrupto del primer ministro conservador Cameron por su necesidad de tapar con la cuestión Malvinas otros temas como la profunda crisis económica que sufre su país. En esta actitud nos hace acordar a las estrategias ya llevadas adelante por Margaret Tatcher", concluyó.
"La comunidad internacional solo puede tomar las declaraciones de Cameron como un gesto de preocupación por el creciente apoyo que está teniendo la Argentina en su reclamo por la aplicación de las resoluciones de las Naciones Unidas respecto a la necesidad de iniciar un diálogo por la descolonización de las Malvinas", señaló Filmus, a la sazón presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto.
El vicepresidente Amado Boudou sostuvo por su parte que las palabras del primer ministro inglés, fueron parte de una situación "torpe e ignorante de la realidad histórica".
"Es un exabrupto que llama la atención, porque está fuera de cualquier análisis razonable", insistió Boudou en una charla con periodistas durante la visita que realizó al hospital Posadas de Haedo.
Desde la oposición, los radicales ya le demostraron apoyo al Gobierno. Ricardo Alfonsín indicó que la UCR acompañará al oficialismo en defensa de la soberanía sobre las Islas Malvinas, pero le pidió que "sea coherente e investigue" los permisos de pesca otorgados a empresas extranjeras en la región. También se sumó el apoyo de países como Honduras y Brasil, además del soporte que la Argentina tiene por parte de los países más importantes de la región.
Pero la guerra dialéctica no se inició en diciembre. Ya en junio, la presidenta Cristina Fernández consiguió un fuerte protagonismo en la agenda informativa en medio del escándalo Schoklender por una réplica al primer ministro británico que según los medios tuvo una “inusual dureza”.
Días antes, Cameron había rechazado la posibilidad de dialogar por la soberanía de las islas del Atlántico Sur, afirmando que, “mientras las Falkland quieran ser territorio soberano británico, deben seguir siendo territorio soberano británico. Punto final de la historia".
Desde Misiones, Cristina contestó: “La declaración del premier británico fue un gesto de mediocridad y casi de estupidez". "Sólo la mediocridad y la arrogancia pueden poner punto final; siguen siendo una burda potencia en decadencia", remató.
En septiembre de 2011, jefes militares británicos retirados instaron a Londres a aumentar sus gastos de Defensa en al menos un 50%, o de lo contrario arriesgarse a perder las Malvinas a manos de la Argentina con el respaldo de China.
El texto reclama que se invierta más en políticas defensivas para evitar "errores caros y posiblemente catastróficos" causados por la falta de presupuesto.
Uno de los autores del reporte señaló que las Malvinas son una "fruta madura para la cosecha" en caso de que la Argentina, con el apoyo de "su aliado China", elija avanzar sobre las islas.
Mientras, este miércoles, el diario británico Financial Times, sostuvo que si la Argentina ocupa las Malvinas, el Reino Unido no tiene la capacidad militar para recuperarlas. “Por eso”, sostiene, “el Reino Unido depende de informes de inteligencia predictiva". Lo cierto es que en esos informes, el Reino Unido lleva el escenario de esta guerra dialéctica a un nivel mayor, donde la Argentina contaría con el apoyo de países fortalecidos militarmente, como Chile, Brasil, Venezuela —eventualmente Irán— y hasta China.
El reclamo por la soberanía de las Malvinas ya es un clásico en las presentaciones de la mandataria en la ONU, y según medios europeos, es un “fantasma” que Cristina se encargó de agitar debido a la impopularidad causada por la inflación y los incesantes casos de corrupción que inundaron las primeras planas locales durante el año 2010.
Es cierto, la capacidad militar de Gran Bretaña está debilitada, pero contaría con el eventual apoyo de la Unión Europea y de Estados Unidos; por supuesto, todo en un escenario hipotético.
Eliana Toro
Twitter: @toroeliana