La economía empezó a dar señales de desaceleración mientras se profundiza el malestar en el sector empresario por las trabas a las importaciones, cuya operatoria se concentró apenas en un solo funcionario, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
La economía creció casi 9 por ciento el año pasado, pero esos guarismos no se repetirán en este 2012, cuando el Producto Bruto avanzaría menos de la mitad, en parte por la delicada crisis internacional. Ya en enero se notó esa desaceleración y la economía sólo avanzó el 5,5 por ciento.
El Gobierno necesita acelerar un proceso de sustitución de importaciones que permita equilibrar la balanza de pagos y contar con los dólares necesarios para pagar deuda. Pero además, persigue el objetivo de reconvertir el sistema productivo, lo cual se espera lograr con el Plan Estratégico Industrial 2020.
La gran duda es si todos los sectores están en condiciones de cumplir ese deseo, o si puede terminar siendo sólo una mera expresión de deseos. El Plan 2020 anunciado por Cristina Fernández, y que el gobernador Daniel Scioli acompañará desde la Provincia con su propio lanzamiento la semana próxima, tiene metas ambiciosas pero encontrará enormes escollos ante una infraestructura productiva necesitada de inversiones.
Día tras día se van sumando quejas de sectores industriales por los problemas que les genera el esquema burocrático impuesto por el influyente secretario Moreno. Distintos sectores encontraron más escollos para importar que las anunciadas inicialmente. Otros notaron que sus solicitudes fueron atendidas con celeridad.
Pero la gran duda es si un sistema tan concentrado en un solo funcionario puede ser exitoso o, en cambio, terminar dando pie a todo tipo de injusticias y discrecionalidades. Ese manejo puede ser también temerario si, como advirtieron los importadores de medicamentos, termina afectando a productos tan sensibles para la población como los remedios.
Al darle tanto poder a Moreno, la Presidenta parece considerar que el funcionario está en condiciones de atender y entender sobre todos los temas, pero eso es imposible aún en el caso de que se tratara de un funcionario brillante. "Quién mucho abarca poco aprieta", dice el refrán, y en caso se aplicaría con precisión.
Envalentonado por el "éxito" de la intervención en el mercado cambiario, por el cual, a través de la AFIP, se impidió la mayoría de las compras de dólares, Moreno parece convencido de poder lidiar también con todo el complejo importador, un tema demasiado delicado. El controvertido sistema de control de compra de dólares permitió que en el cuarto trimestre del 2011 se redujera a menos de la mitad la salida de capitales, por lo que todo indica que el cepo de la AFIP se seguirá aplicando el tiempo que sea necesario.
En el Gobierno están convencidos de que las corridas cambiarias del año pasado estuvieron fogoneadas por sectores financieros que buscaban provocar una devaluación y llevar el dólar a 5,50 ó 6 pesos, para así lograr una millonaria ganancia con sus tenencias. Para Moreno, esos banqueros pasaron a ser "enemigos de la Patria", y la Presidenta coincidiría en parte con esa visión del funcionario.
Palabras similares tiene reservada el gobierno para los españoles de Repsol YPF, a los que se acusa de no invertir y se les reprocha haber girado divisas al exterior cuando el gobierno pedía lo contrario. Todo indica que existe un plan, aún no definido por completo, para que las provincias productoras de petróleo ingresen al capital de la petrolera, pero eso dependerá de que se cuente con los dólares necesarios para lograrlo.
Ante las presiones a YPF, y curados en salud, entidades como el Banco Galicia y el Macro decidieron no distribuir utilidades entre sus accionistas y definir más inversiones. Otras compañías están siguiendo el mismo camino. El Gobierno también activa en otros frentes, como el salarial: quiere que las paritarias que vienen, en especial la de camioneros que suelen ser un caso testigo, no superen el 20 por ciento.
Lo contrario sería un reconocimiento de que la inflación está muy por encima del 10 por ciento anual manipulado por el INDEC. La decisión de los legisladores de duplicar sus dietas chocó con esa pretensión. Rápido de reflejos, Pablo Moyano —delegado de Hugo al frente de los Camioneros— felicitó a diputados y senadores, y lanzó una ironía: "Ese porcentaje nos indica cuánto tenemos que reclamar en las paritarias". Las palabras cayeron mal en la Casa Rosada, donde saben que los Moyano serán un dolor de cabeza este año para las ambiciones de consolidación de poder que tiene el kirchnerismo.
José Calero
NA