La semana pasada se escribió un nuevo capítulo surrealista del paraíso virtual “K”. Se oficializó —nunca mejor el término— la formación de otra entidad de editores de periódicos argentinos, en competencia con la histórica ADEPA (Asociación De Entidades Periodísticas Argentinas).
En el Cabildo de Buenos Aires comunicaron la constitución de AFERA (Asociación Federal de Editores de la República Argentina), compuesta por más de 33 diarios de todo el país.
El conocer a sus integrantes más conspicuos, y su declaración de principios, invita a dudar si se trata de una reunión de editores de periódicos o de un seleccionado de los mejores humoristas de los medios…
Estos son mis principios, si no tengo otros
El presidente de AFERA es Gustavo Isaack, como representante de Ámbito Financiero. Curioso derrotero el de Isaack, quien tras la compra en 2008 del empresario Orlando Vignatti a los históricos dueños fue cesanteado de manera conflictiva pero rápidamente reincorporado.
Su discurso inaugural se sintetiza en lineamientos de una hipocresía lindante a lo humorístico: criticó la concentración de medios; pidió a los legisladores que regulen la distribución de la publicidad privada en los grandes medios; y anunció que defenderán la igualdad de los medios en el acceso al papel de diario.
“La libertad de expresión debe ir acompañada de las políticas de gobierno que deben sostener la pluralidad”, dijo sin sonrojarse.
¿Billetera, mata pluralismo?
Isaack criticó la concentración de medios ante el impertérrito Sergio Szpolski, presente en el Cabildo con su look cada vez más juvenil. Szpolski, aquí representando a sus medios Tiempo Argentino y El Argentino, posee un imperio multimediático que reúne, además, a las revistas Veintitrés y Newsweek Argentina, a las radios Aspen y America, y otros medios de fundamentalismo “K”.
La idea de libertad de expresión postulada, por ejemplo, no condice con la censura denunciada por la redacción de la revista Veintitrés que habría sufrido su periodista Tomás Eliaschev en su nota referida a la tragedia reciente de Once.
Otros integrantes destacados son el citado Ambito Financiero, Diario Popular y los medios del Grupo Olmos (Crónica y BAE). Quienes exigen compromiso para regular la distribución de la publicidad privada no mencionan —o recuerdan— exigir algo similar respecto de la publicidad gubernamental.
Veintitres, el grupo de Szpolski, recibió en 2011 más de $125 millones. Tiempo Argentino pasó de recibir $19 millones en 2010 a $46 en 2011. Por su parte Diario Popular saltó de $7,7 millones a $28,6 en idéntico período.
Ámbito Financiero logró publicidad oficial por $18,8 en 2010 y $32,6 el año pasado. El Grupo Olmos, al cual muchos ligan a la UOM, pasó de $16,8 millones en 2010 a $27,2 en 2011; pero, para reafirmar el pluralismo del modelo, le alquila las instalaciones de la ex planta gráfica de Crónica a la ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil), bastión de la juventud maravillosa camporista.
Nacional y popular
Quienes aún no suscribieron a AFERA fueron los medios del hoy oficialista Daniel Vila, más conocido como el autodenominado presidente de la Asociación Argentina de Fútbol (AFA) paralela. Cualquier parecido con el rey de la Patagonia queda a cargo del lector.
Como muestra de imparcialidad, concurrió al acto del Cabildo el Secretario de Comunicación Alfredo Scoccimarro. Más curtido en estas lides, cuando lo consultaron Szpolski sólo dijo: “Hablen con el presidente (Isaack); para algo lo elegimos”.
Sólo faltó alguna payada, por qué no de alguien como el nuevo presidente de Telam Santiago Álvarez. Quien adoctrinó a sus ex empleados de Canal 7 que allí sólo se hacía “cristinismo” bien pudo haber recitado para la ocasión: “Los editores sean cristinistas, pues esa es la ley primera. Si así no lo hicieran, se los devora AFERA”.
Tomás Ryan