Todo empezó cuando la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, pronunció una frase polémica: "Es totalmente falso decir que la emisión genera inflación. Solamente en Argentina se mantiene esa idea de que la expansión de la cantidad de dinero genera inflación. El pánico que se quiere transmitir alrededor de la capacidad de financiar al Estado es muy parecido al debate sobre el uso de reservas para pagar deuda".
Por si fuera poco, en las mismas declaraciones -hechas a un matutino- la funcionaria descartó que financiar al sector público sea inflacionario, porque según esa afirmación los aumentos de precio son por exceso de demanda, algo que no vemos en Argentina.
"En nuestro país los medios de pago se adecuan al crecimiento de la demanda y las tensiones de los precios están por el lado de la oferta y el sector externo", señaló la titular de la autoridad monetaria.
Lo antedicho, demuestra una preocupante cuota de ignorancia por parte de Marcó del Pont. Sus palabras no solo contradicen una obviedad que aprende cualquier estudiante de primer año de Economía, sino que hay docenas de obras literarias que dan fe de ello.
Uno de los libros que hablan al respecto es Banca, Moneda y Deuda, del especialista cubano Alberto Luzárraga. Allí, se asegura que, “si no existe producción, la emisión monetaria es tan sólo papel. Si se emite demasiada moneda sin respaldo productivo se produce lo que se llama inflación.”
En la misma obra, Luzárraga advierte que los Bancos Centrales de cualquier país deben actúar "con mucha disciplina y responsabilidad" y pone especial foco en los "requisitos a la emisión". En tal sentido, el autor revela que "los requisitos son vulnerables a la política (...) El problema puede remediarse exigiendo que no haya emisión sin que esté respaldada por algo que no sea la mera voluntad de las autoridades políticas".
Más claro, echarle agua.
Carlos Forte
Twitter: @fortecarlos