Dicen que la historia comenzó unos días antes de las elecciones del 26 de junio de 2011 en Misiones, cuando los encargados del sector Medio Ambiente y Obras Complementarias de la EBY Posadas supervisaban la zona costera del paraje Punta Laurel, donde Carlos Rovira daba los últimos retoques a su fastuosa mansión de cara al río.
Según relata el sitio independiente Misiones Cuatro, la pequeña comitiva, liderada por un ingeniero agrónomo de carrera en la Eby llamado Oscar Thomas, realizaba tareas de relevamiento en el lugar, con tomas fotográficas e inspecciones sobre el denominado camino de sirga.
Allí, la dirección ejecutiva de Yacyretá diseña un nuevo tramo de la costanera oeste. Se trata de unos 5 kilómetros de avenida que la EBY tiene planeado construir entre el nuevo puente del arroyo Mártires, hasta su intersección con la avenida San Martín, en la zona del club Pira Pytá.
“El ingeniero, de fuertes vínculos radicales y asociado al proyecto K desde el clossismo, tomaba fotos de la propiedad de Rovira y su avance sobre el camino de sirga, cuando dos custodios del ex gobernador y caudillo renovador se enfrentaron con su trabajo”, según reveló el mencionado sitio de noticias.
Luego cuenta cómo los uniformados que custodiaban la residencia privada del político —valuada en varios millones de dólares— se interpusieron en forma violenta ante la inspección técnica del ingeniero y lo intimidaron a que abandone el lugar.
El relevamiento del ingeniero radical, pariente cercano de unos de los históricos operadores de la Coordinadora y amigo dilecto del gobernador Maurice Closs, habría confirmado algo que, hasta hace pocos meses, era un secreto a voces: la faraónica propiedad de Rovira y su esposa Rosana Spotorno se extendió —sin límites— hasta las aguas del río Paraná, “a través de una costa privada levantada por más de 1.000 camiones de Vialidad Provincial, que en el lugar volcaron piedra, arena y refulado”, según Misiones Cuatro.
Según supieron sostener oportunamente las revistas del corazón, de esa manera Rovira logró entusiasmar a su mujer con un majestuoso palacete, a sólo 10 minutos del centro y del Aeropuerto de Posadas, con una suerte de costanera propia, exclusiva, como las grandes residencias de Saint Tropez, en la costa azul francesa.
“¿Que tenés que hacer vos fotografiando mi casa? No te lo voy a permitir”, dicen que desafió Rovira al ingeniero que tomó las imágenes en plena oficina de la Cámara de Diputados, mientras que Thomas sacudía su cabellera y se acomodaba sus gafas, sin saber cómo enfrentar la situación.
“A mí nadie me va a enseñar a cumplir lo que debo hacer y menos voy a permitir que me quieran patotear. Yo al trabajo lo hago y parte de tu casa se construyó sobre un plan de obras, sobre un espacio físico que corresponde al uso público…”, dicen que respondió el ingeniero.
No es la primera vez que inspectores de Yacyretá se encuentran con propiedades privadas que se “adueñaron” de las costas del Paraná, violando las exigencias del Código Civil nacional y las disposiciones de la Municipalidad de Posadas.
Equipo de Actualidad de Tribuna de Periodistas