Una vez más, la tradicional marcha de las Madres de Plaza de Mayo terminó este jueves cuando, abruptamente, dos extrabajadores de Sueños Compartidos reclamaron por una deuda atrasada de la Fundación. Hubo forcejeos, insultos, amenazas y un grupo de jóvenes matones que rodearon a Hebe de Bonafini.
A las 3 de la tarde, la Línea Fundadora de esa entidad, comenzó a marchar en silencio alrededor de la Pirámide de Mayo. La Trafic blanca que transporta a las Madres, con Hebe de Bonafini y su equipo de prensa, estaba demorada. En la plaza la aguardaban más de 30 policías de la Federal ubicados estratégicamente y una decena de jóvenes que se comunicaban con sus celulares para ordenar la llegada. Las cámaras de televisión también estaban presentes como cada jueves luego del escándalo Schoklender. La expectativa por lo que iba a decir Bonafini sobre el acto de Hugo Moyano, crecía. Pasadas las 15:30, la camioneta subió a la vereda y apuró el andar de la línea fundadora de las Madres, quienes concluían su marcha. En ese instante, uno de los custodios advertía por su celular: “Hoy hay bronca, hay bardo”.
Bonafini tomó el micrófono, habló de un viaje que hizo a Tucumán —supuestamente para descansar— y elogió la militancia de los jóvenes, como en La Cámpora. También criticó a uno de los supuestos traidores de la figura de Néstor Kirchner; de quien en 2003 le habrían advertido que se cuidase.
Hugo Moyano era el eje de sus críticas cuando los gritos de Luis Aranda y Germán Salvatierra, se hicieron sentir. Se trata de dos ex trabajadores de la Misión Sueños Compartidos que cobraron fama un año atrás, cuando se animaron a enfrentar a la titular de la Fundación en la mismísima Plaza de Mayo.
Bonafini seguía su relato pidiéndole perdón a los trabajadores de TN “por trabajar entre la mierda”, y se solidarizó con el ex presidente de Paraguay, Fernando Lugo, por el golpe de estado. Sin embargo, los gritos eran indisimulables. Los trabajadores intentaban llegar al lugar delante de la camioneta blanca, donde Bonafini daba su discurso. Los matones habían hecho un cerco inquebrantable. La Policía estaba atenta. El responsable de prensa de Bonafini se notaba preocupado, pero parecía tener todo bajo control. Según los extrabajadores, “ya estaban advertidos”.
Luis Aranda le pidió permiso para interrumpir a Bonafini, pero los gritos de los allí presentes tapó los reclamos. Fue cuando la presidenta de Madres de Plaza de Mayo dijo: “A vos te manda Schoklender y te pagan los Schoklender. Compañeros, les voy a decir una cosa, él viene para interrumpir para que mañana la prensa diga que acá hubo problemas. (…) Ojalá que salga mañana lo que estamos diciendo y no salga el tipo éste que lo mandan para ponernos nerviosos. Hasta el jueves, compañeros”.
Quien escribe estas líneas le preguntó a Bonafini quiénes eran los que estaban reclamando y que eran expulsados ferozmente por un grupo de personas: “¿No sabés quiénes son? Son unos pelotudos, los manda el canal…”. No dijo más nada.
Se insistió con uno de los jóvenes “matones”, quien respondió que se trataba de unos trabajadores que no habían cobrado. De repente, un muchacho cuarentón lo alejó bruscamente de este periodista. “No hables”, le exigió. El hombre que había dado tal orden, según dos presentes, era Gonzalo Seoane, hombre de prensa de Hebe de Bonafini.
La combi blanca se retiró abruptamente. Los trabajadores gritaron en medio de unos treinta manifestantes que los insultaban, empujaban y una señora entrada en años, hasta le pegó un banderazo en la cabeza al extrabajador Aranda.
Pronto, comenzó a llover nuevamente sobre Buenos Aires.
Sebastián Turtora
Twitter: @SebiTurtora