El millonario escándalo de la tarjeta SUBE, cuyo contrato de control fue dejado sin efecto hace unos días por el ministro Florencio Randazzo, acaba de subir un nuevo escalón este jueves.
Es que el periodista Iván Ruiz de diario La Nación —iniciador de la investigación de marras— logró dar con el “fantasmal” consultor Stephen Chandler, quien hizo graves imputaciones contra funcionarios del Gobierno nacional y los socios argentinos del negocio.
"Aquí estoy. No soy un fantasma y lo puedo demostrar", desafió Chandler desde Londres, justo antes de empezar la entrevista, para luego admitir: "No volveré a la Argentina por ahora. Estoy nervioso y con algo de miedo".
En el reportaje, el consultor inglés intentó desligarse de las sospechas sobre el control del boleto electrónico y dijo que se trata de una acción que "parece orquestada" por la Secretaría de Transporte, el Banco Mundial (organismo que financió la operación) y sus socios locales.
Según La Nación, en un momento Chandler tomó una lapicera y una servilleta: "Esto es una pirámide", explicó. "Mientras termina de dibujar, reparte responsabilidades con una raya al medio. Los triángulos más grandes son para sus socios IRV y Iatasa. En el pie de la pirámide, muy pequeño, aparece Global Infrastructure (GI), su empresa. Y asegura que avisó de las irregularidades, pero el Banco Mundial y la Secretaría de Transporte avalaron ese contrato con empleados fantasmas", según el matutino. Luego da comienzo a la entrevista.
-Si sabía de las irregularidades, ¿por qué firmó el contrato?
-¡No! No firmé ningún contrato. Ni siquiera lo leí. Sólo tengo un borrador. Les dije a mis socios locales que había cosas que corregir. Que había gente, como Ashley, que no estaba disponible para trabajar. Lo sabían todos: Transporte, el BM y, por supuesto, mis socios locales. Yo mismo le avisé a Andrés Pizarro (gerente del BM). Lo llamé y le envié dos cartas advirtiendo que así no se podía firmar el contrato, que había que hacer cambios. Pero nunca me respondió
-¿No le avisaron de la firma?
-Me engañaron. Angel Ferrigno [director de Iatasa] me dijo que podía volver a Londres, que no iba a haber novedades en marzo. A los pocos días, me llama Carlos Longstaff, mi agente en Buenos Aires, para decirme que se había concretado. La Secretaría de Transporte lo hizo a mis espaldas. Aunque es legal [Chandler no es apoderado del consorcio], ese contrato es inválido. ¿Cómo lo permitieron sin la presencia del jefe de proyecto?
-¿Puede haber complicidad de los funcionarios?
-Este era un contrato importante del que participó toda una cadena. Jorge de Beláustegui [coordinador de Proyecto de Transporte Urbano], Nora Turco [directora nacional de Coordinación y Planificación del Transporte] y Gabriela Boaglio [asesora del Proyecto de Transporte Urbano]. ¿Por qué Beláustegui y Turco permitieron que se firmara sin mí? ¿Fue sólo un error? No, es una acción orquestada.
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Equipo de Política de Tribuna de Periodistas