El 16 de enero de 2003 fue asesinado Marcos Schenone. Su muerte fue absurda, como toda muerte, sin justificación alguna.
Recordemos cómo fueron los hechos: Schenone fue con su amigo Gustavo a Dallas, una —hasta entonces desconocida— confitería de San Isidro. Tomaron una cerveza con dos chicas, Paula y Gisela, y a eso de las tres de la mañana se fueron los cuatro en un Ford Galaxy que oficiaba de remis. Inmediatamente fueron seguidos por una camioneta: era Horacio Conzi, uno de los dueños de Dallas, quien se veía inexplicablemente desencajado.
"Es Conzi. Pará a ver qué quiere", le dijo Marcos al chofer, Rodolfo José Fernández. El hombre siguió, creyó que les querían robar. Marcos le pidió dos veces más que parara. No lo hizo. Después se arrepintió. El Galaxy recibió 14 disparos. Una bala le dio a Gisela en la muñeca. Para Paula fue el tobillo. Al chofer le dieron tres en las piernas y uno en el glúteo. Marcos tuvo el peor destino: tres disparos en la espalda, letales.
El caso “Conzi” —como se lo conoció en su momento a través de los medios— es uno de los temas más emblemáticos para ahondar en el manejo de dinero negro por parte de los políticos a través de testaferros y su posterior blanqueo.
Veamos...
Los hermanos macana
Esta historia empieza con dos hermanos, Horacio y Hugo que, a poco de cobrar 8 millones de dólares por un arreglo extrajudicial con la petrolera Esso, firmaron un acuerdo de confidencialidad y se marcharon a los Estados Unidos. Entre 1997 y 2000 vivieron en Fort Lauderdale, en el Estado de Florida.
Horacio Conzi
A fines del 2000 volvieron a la Argentina y decidieron abrir el complejo Las Olas Boulevard, para después cambiarlo por la denominación Dallas.
Antes de que asesinaran a Schenone, todos negaban enfáticamente que los Conzi fueran dueños del complejo. Cuando un policía les llevó sendas citaciones de una fiscalía de San Isidro, el encargado del local aseguró que "los buscados Hugo y Horacio Conzi son personas desconocidas. El establecimiento pertenece a la sociedad Fores Magik SRL, en la que los citados no tienen ninguna participación", según consta en un acta judicial.
Pese al parecido entre el nombre del local (Dallas/ Las Olas Boulevard en Libertador al 14100) y el de la sociedad (Las Olas Corp.), el complejo de Martínez está a nombre de otra sociedad de los Conzi: Automotores Alvear, en la cual aparece como uno de sus máximos responsables Massimo Perlini Ponsico. Este joven de 30 años —que antes de esto era un mero vendedor de diarios— fue el que le dio a los hermanos un apellido para usar mientras se estaba levantando Dallas.
Sin ir más lejos, los obreros que trabajaban en Dallas conocían a los hermanos Conzi como los hermanos Perlini. El propio abogado de los Conzi, Ricardo Montemurro, le confesó a un periodista de Clarín que: "Hugo nos contó que él y Horacio se presentaban como Perlini, y no como Conzi, para que los miembros de la familia Posse (desde hace muchos años en cargos de responsabilidad en la Municipalidad de San Isidro) no se enteraran de que ellos eran los verdaderos dueños de Dallas".
En el mismo sentido, hay varios testimonios que incriminan a los hermanos Conzi y su intrincado entramado comercial en el posible delito de lavado de dinero. En la investigación llevada adelante por el juez Roberto Marquevich aparecen declaraciones e indicios más que reveladores. A saber:
-Se sabe hoy que los Conzi tenían vínculos con políticos del Partido Justicialista y diversos testigos dijeron ante la Justicia que un habitué de su local era el ex secretario de Seguridad bonaerense Alberto Piotti, antecesor de Marquevich en el juzgado donde son investigados por lavado de dinero y narcotráfico.
-"Por comentarios de varias personas escuché que los Conzi lavaban plata de la droga en su complejo”, dijo un testigo, según consta en la foja 64 de la mencionada causa.
-"Según me comentó Hugo Conzi, gastó entre US$ 10.000.000 y US$ 12.000.000 en el complejo. Esto resulta exorbitante si, por ejemplo, se tiene en cuenta que el hotel Sheraton de Pilar tuvo un costo de US$ 24.000.000. Y toda la instalación de la parte de cocina y equipamiento de menaje en el hotel Emperador costó US$ 700.000. Esto da una idea de lo disparatado de los gastos que se realizaron, casi 1.400.000 pesos (en menaje). En la obra de los Conzi, por ejemplo, tuvieron que hacer varias veces la cocina", señaló el mismo testigo.
-"Según comentarios que ellos mismos realizaron, la obras que realizaron en Las Olas Boulevard tuvo un costo total de US$ 11.000.000. Esta cifra es absolutamente exagerada y desproporcionada con lo que realmente fue la obra en sí. Tengo conocimiento, por haber trabajado en esa obra, que el hotel Hyatt de Buenos Aires tuvo un costo completo de US$ 30.000.000", manifestó otro testigo , según figura en la foja 67.
-"Los Conzi comentaban bromeando que gastaban US$ 8.000.000 para vender hamburguesas", expresó otro testigo.
-Hugo Conzi, el mayor de los hermanos, dijo hasta el cansancio que nunca le habían probado ninguna acusación por lavado de dinero ni por narcotráfico ¿Por qué se jactaría de algo así?
Por otro lado, en una declaración testimonial extraída de una causa por estafa procesal contra una empresa proveedora de Dallas y que fue incorporada al expediente de Marquevich, un testigo dijo más de lo que debía: "Ocurre que los hermanos Conzi manejan un verdadero grupo o conjunto económico encabezado por Automotores Alvear, Las Olas Corp. SRL, Eating Loih SA, y utilizan hombres de paja".
Los conocidos de siempre
Quienes conocen la intimidad de los Conzi aseguran que detrás de sus nombres se encuentra la figura del incombustible político justicialista Antonio Cafiero, verdadero dueño de las empresas y sociedades que ellos administran y proveedor de la impunidad que los ha cobijado desde siempre.
Un documento de la SIDE esparcido hace unos meses por diversas redacciones periodísticas aseguraba que este último quería acabar con sus propios “prestanombres” por una cuestión de seguridad. Dice el “paper” que “el corruptísimo senador Antonio Francisco Cafiero les bajó el pulgar a los hermanos Conzi (...) le habría pedido a Miguel Angel Toma que asesinaran a sus testaferros porque se habría descubierto una serie de documentos que certifican que la firma ‘Automóviles Alvear’ es una empresa trucha del otrora ‘Ministro Lactante’. Se sabe que el restaurante Dallas y la camioneta Cherokee le pertenecen a la empresa ‘Automóviles Alvear’ cuyo dueño en las sombras es el Senador Antonio Francisco Cafiero”.
En el mismo sentido, una fuente vinculada a una conocida fuerza de seguridad, comentó hace unas semanas a este periodista que "en una oportunidad estaba con un poderoso amigo en la intersección de Panamericana y Paraná. Al cierre del semáforo, una break detenida tocó bocina y mi amigo se acercó y, luego de mantener unas palabras que no duraron más que el cierre del semáforo, observé que se daba la mano muy efusivamente con quien iba de acompañante. Al alejarse la rural me di cuenta de que era Cafiero 'padre', quien mantenía todavía una gran sonrisa mientras se alejaba por la colectora. Medio sorprendido le hice un gesto a mi amigo y este me comentó que eran amigos del alma.
Nos fuimos a tomar una birra y en medio de la conversación me comentó que Cafiero era el más importante accionista de Dallas. Curiosamente agrega que 'los otros son títeres'. Teniendo en cuenta que me lo dijo hace como cuatro años, parece que la cosa venía de lejos".
Otra fuente, esta vez de la zona de Lomas de Zamora, agregó aún más indicios a la sospecha: "(A los Conzi) en el entorno de las Lomas los empezamos a apodar como 'los Mellizos', no tanto por su parecido físico, pero en lo demás eran iguales: dos hijos de puta prepotentes. Yo los conocía aceptablemente, tenía un quiosco cercano a su gasolinera, yo tenía una Rural Falcon que era una ruina pero funcionaba bien de motor. Con esa poronga la policía ni me miraba. Cuando fui a cargar nafta un par de veces, haciendo la cola, uno de los Conzi me hacía saltear a fin de que atendieran a clientes con más status.
Se aduenaron de la estación poniéndole un 'chumbo' en el mate a un ex socio de ellos, según me contó el que fue socio del padre de ellos. El padre fue un 'zumbo' de la marina y compraron esa estacion ultra-berreta con ese otro señor (...) Pero creo que algun negocio comenzaron a tener con Cafiero, el viejo, y por ende con toda esa banda de 'eternautas políticos'. El auto oficial de Cafiero cargaba nafta en esa Shell, firmando la boleta. Y todos los coches de los Caffiero hacían igual procedimiento.
Lo sugestivo es que Caffiero haya negado conocer a los Conzi, al igual que Gustavito Posse. Bah, no es tan sugestivo, después de todo Pedro lo negó tres veces a Cristo.
(...) Yo creo que los Conzi eran hombres de paja de gente poderosa, ellos siempre fueron patoteros de barrio".
Elocuencia aparte.
Concluyendo
La historia de los Conzi es una postal de la política de los últimos años, donde los negocios sucios se mezclan con el lavado de dinero y la cobertura de los testaferros. Si la acción de la justicia logra hacer presión en el punto exacto de la cuestión, probablemente Horacio Conzi se quiebre y deje al descubierto la realidad de su situación y la de su hermano a nivel económico-social.
Eso probablemente ayudaría a entender el origen de la impunidad que posiblemente alimentó el ímpetu de quien aparenta haber baleado a Marcos Schenone. Y es que los testaferros elegidos por los políticos vernáculos para llevar adelante sus tramoyas no suelen ser personas destacadas por el uso del hemisferio derecho de su cerebro. Esa personalidad tendiente a la irracionalidad, sumada a la sensasión de indemnidad de personajes que se codean con destacados animales políticos, crea un caldo de cultivo que puede acabar en situaciones como la sucedida en enero de 2003.
Muchos se inquietan y, aunque la muerte del pibe Schenone sigue sin esclarecerse, la presión política se hace sentir más que nunca en el juzgado de San Isidro.
Los medios no hablan ya del transfondo de este tema y muchos políticos suspiran en sus guaridas de siempre.
La justicia, una vez más, ha vuelto a poner la venda en sus ojos...