El sindicato de Camioneros lanzó una amenaza de un paro nacional a raíz de un conflicto originado en el partido bonaerense de Quilmes con la empresa Covelia y el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, lo calificó como "un despropósito".

La polémica se desató por la rescisión del contrato entre el municipio de Quilmes, a cargo del intendente kirchnerista Francisco "Barba" Gutiérrez, y la empresa de recolección de basura Covelia, con presuntos vínculos con Hugo Moyano, en medio de la pelea entre el Gobierno nacional y el titular de la CGT.

En este marco, el secretario adjunto del Sindicato de Camioneros, Pablo Moyano, había advertido que el gremio podría realizar un paro nacional de recolección de residuos porque la Nación instruyó a los intendentes bonaerenses a "municipalizar" sus servicios de recolección. Este jueves por la tarde, el sindicato realizó una asamblea en la que se decidió no nacionalizar esa medida de fuerza por el momento, aunque esa posibilidad se mantiene vigente, según indicaron fuentes del gremio a Noticias Argentinas, aunque se mantiene el paro en Quilmes.

"Me suena un despropósito", enfatizó Randazzo sobre la posibilidad de un paro nacional, y evaluó que "en este caso hay un conflicto generado en la Municipalidad de Quilmes por la rescisión del contrato de concesión de prestación del servicio de basura a la empresa Covelia". Según dijo el funcionario, esa situación "de ninguna manera" debería tener "como respuesta la convocatoria a un paro nacional".

En diálogo con el canal C5N, Randazzo explicó que "en los últimos años aquellos municipios que han tenido el servicio de recolección de basura tercerizado, han tenido una incidencia enorme en los presupuestos municipales". "Han decidido llevar adelante ese servicio con empleados municipales, esta es la decisión que ha tomado el intendente de Quilmes y hay que respetarla", subrayó.

El gremio le exige al intendente Gutiérrez la "reincorporación" o despidos con la "indemnización correspondiente" de unos 130 barrenderos que están bajo el convenio gremial de Camioneros y, por eso, unos 500 trabajadores del sindicato se manifestaron el último lunes frente de la Municipalidad. Por su parte, Gutiérrez salió a afirmar que "no se puede mantener un costo elevadísimo" de esos empleados que percibían el sueldo de un trabajador de Camioneros y ratificó su plan para contratar a menor salario al personal de barrido.

Según el jefe comunal, la defensa que Pablo y Hugo Moyano hacen de la empresa ante la rescisión del contrato tiene que ver con la "influencia" que ejercen sobre Covelia, la cual es "manejada" por el titular de la CGT, según Gutiérrez. Por su parte, fuentes de la Intendencia de Quilmes señalaron que el conflicto "lo tiene el gremio de Camioneros con la empresa" ya que "la relación laboral de los empleados es con la firma" y no con el municipio.

"Lo trasladan a nosotros y lo plantean en términos políticos", se quejó una fuente del gobierno quilmeño en declaraciones a Noticias Argentinas. A propósito, indicó que se decidió terminar el contrato por el "servicio deficiente" que prestaba Covelia y "las críticas de la gente acerca de la suciedad en las calles" y precisó que a partir de este miércoles se podrán comprar los pliegos de la nueva licitación para la recolección de la basura en el distrito.

El año pasado Moyano había dicho que no tenía "un carajo que ver con Covelia", en medio de uno de los momentos más tensos de su pelea con el Gobierno, cuando lo acusó de haber dado luz verde al exhorto de la Justicia suiza que investiga sus presuntos vínculos con la firma, episodio que además lo llevó a amenazar con un paro nacional de transporte que luego decidió levantarlo. Precisamente, la Justicia acaba de archivar esa causa. En otro capítulo de ese conflicto, trascendió que la presidenta Cristina Kirchner —a través del ministro De Vido— les pidió a los intendentes del conurbano que comiencen a rescindir sus contratos con Covelia.

Agencia NA