Finalmente, hoy se develó una parte del misterio de por qué los funcionarios recientemente designados —bajo la presidencia de Axel Kicillof— están tan entusiasmados por el control de la caja.
Según publicó El Cronista, y con aval de la Presidenta, la estatizada YPF resolvió avanzar en la compra directa, sin concurso o licitación, el Gas Natural Licuado (GNL) necesario para el suministro interno básico durante el próximo año. "Ya sabemos lo que significa una contratación de este tipo en Argentina", aseguró un reconocido especialista en energía a Tribuna de Periodistas.
Se trata, en concreto, de unos 60 cargamentos por un valor actual de mercado de alrededor de u$s 2.400 millones.
Pese a todo el debate que hubo por los elevados precios que viene pagando nuestro país por ese gas y cierta falta de transparencia, las compras se hacían mediante concursos y licitaciones públicas llevados adelante por Enarsa.
A partir de ahora, bajo la conducción "política" de La Cámpora, YPF negociará directamente las compras y los servicios conexos (fletes internacionales, regasificación, etc). Además, también sin licitación importará otros combustibles como gasoil y fuel oil, controlados por Cammesa (también en manos de La Cámpora) que sumado al GNL totalizarían representan el manejo a dedo de la friolera de u$s 5.000 millones anuales.
Cabe destacar que esta maniobra (selección discrecional de proveedores y negociaciones directas) no estaría en manos de una empresa pública (lo que de por sí sería una ventana abierta para maniobras corruptas o ilegítimas sin control) sino de una empresa mixta donde 49% es de capital privado que se vería beneficiado con el manejo descontrolado de fondos públicos, sacados de un régimen de subsidios conocido como Programa de Energía Total (PET).
Según pudo saber TDP, esto causó alarma entre esos accionistas que podrían enfrentarse a causas judiciales.
Por esa razón, una de las salidas que ofreció el gobierno a la compañía para evitar causas penales es la firma de un contrato de mandato, mediante el cual YPF se convertirá en una "gestora" exclusiva y excluyente, mientras que Cammesa y Enarsa seguirán siendo las responsables de los pagos y del suministro a las usinas es decir, absorbiendo toda la responsabilidad por la maniobra y los quebrantos que implica.
María Luisa Torres