Durante las protestas y movilizaciones de último 13 de Septiembre en algunos centros urbanos de importancia de Argentina, la sociedad expresó que no siempre el egoísmo domina —y motiva— a los sectores medios (o altos) a salir a la calle.
¿Cuál fue la respuesta del Gobierno y sus afines? Desde Estela de Carlotto, símbolo de lucha de los D.D.H.H, hasta el dirigente social Luis D´ Elia, pero también, y más grave por pertenecer al Gobierno Nacional, el Jefe de Gabinete Juan M. Abal Medina, todos apuntaron a los supuestos privilegios de ciertas clases sociales acomodadas, como si en realidad pudieran conocer todas las historias, una por una, de aquellos que poblaron
Los “bien vestidos” que marcharon, acusados por el Gobierno Nacional de pensar en Miami, es una de las calificaciones más desafortunadas que nos lleva una vez más a la superficialidad, la discriminación y la necesidad de etiquetar todo sin grises. ¿A quién se le podría ocurrir descalificar el Mayo Francés de 1968, hito en la historia universal, en dónde los jóvenes lucían bien vestidos? ¿Adónde lleva realmente el prejuicio? A conclusiones equivocadas. No se trata de comparar si no de comprender antes que etiquetar y analizar antes que juzgar. El Mayo Francés fue un levantamiento de estudiantes, luego también trabajadores, en reclamo de una sociedad más igualitaria y en contra de la sociedad de consumo, pero este movimiento y su historia se enmarcaron en el contexto político, cultural y económico de los ´60, uno de los períodos de renovación cultural y expresión social más importantes del siglo XX. Los hábitos, las tendencias, la estética y los gustos de este período influyen hasta nuestros días.
Casi sin difusión —al menos en los medios radiales, escritos y televisivos— y sin un “líder” ni consigna única, el reclamo del 13-S fue contra la desmesura, contra el exceso y la impunidad. El reclamo —convocado en parte por las redes sociales— fue no sólo por un “cepo cambiario” o por el dólar, fue mucho más allá, a favor de una justicia independiente, en contra de la corrupción que mata y la inflación que destruye la economía, en contra de la soberbia y por una mayor, mejor y más transparente democracia. No hay nada mejor que una sociedad que se empiece a dar cuenta que no se puede ser feliz si la impunidad, aunque no seamos víctima de ella directamente en algunos casos, rodea y ataca a nuestro entorno. El reclamo demostró que existe un freno a la desmesura, pero también debe demostrar que se necesita trabajo y constancia para lograrlo.
Sin embargo, es muy difícil entender como la movilización pudo ser algo espontáneo y principalmente sin líderes. El poderoso culto a los símbolos es un eje articulador del peronismo, así también como la necesidad imperiosa de un líder – casi – mesiánico que nos protegerá de la maldad. Dice el diario el País de España en su edición del 5 de Octubre de 2010: ¨ El endiosamiento de seres Ídolos-Dioses a los que no se debe criticar, como a Perón, Evita, Maradona, Cristina Fernández o Néstor Kirchner, intocables seres sin errores, lleva al fracaso reiterativo y doloroso que arrastra a millones de argentinos al sufrimiento ¨.
Dominados por el culto a la imagen, para adorar y para odiar, el kirchnerismo ejerce los mandatos del peronismo a la perfección y se transforma en una síntesis de la hipocresía nacional al calificar —con patrimonios millonarios en sus cuentas bancarias— a los “bien vestidos” como traidores al Gobierno Nacional y Popular. Como enemigos de la gesta épica frente a las corporaciones económicas y el relato, sólo existente en el pensamiento mágico y el espejismo de quiénes hoy parecen ser los únicos constructores de la verdad en la República Argentina.
Sebastián Turtora
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