Ayer miércoles a la noche, en Casa Patria Grande, en el centro porteño, se desplegó la Jornada de Oración por la Salud del Presidente Chávez, la cual tuvo como principal orador al expiquetero Luis D’Elía.
Con la voz quebrada y sumamente conmovido, el militante kirchnerista pidió permiso a su público para hablarle directamente a Dios.
“Dios me acompañó una buena parte de mi vida, con él me formé, con él me construí, con él militamos juntos, en los años de hierro, con ese Dios estoy un poquito enojado y vengo enojado ya hace algún tiempo”, confesó D’Elía.
“Me fui alejando de vos, Dios, y llegué a preguntarme, como Atahualpa, dónde mierda te habías metido. El sábado me enteré de lo que le pasaba al Comandante y vi la misma mirada del Comandante enfrentando el cáncer que la del Ché al pelotón de fusilamiento. Como ese cóndor que mira desde la cumbre de Los Andes”, indicó conmovido.
“Dios, al que no te hablo hace más de una década porque estoy disgustado contigo, queremos que el Chávez de carne y hueso esté con nosotros, queremos su mirada eterna. Si vos querés, podés, porque vos sos Dios”, argumentó y le cumple su deseo, volvería a creer en él.
Redacción de TDP
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