Genuina desesperación cunde en el kirchnerismo por estos días, ante la muy probable ruptura de Sergio Massa con el espacio K.
Los tiempos del tigrense lo llevan a entender que este es el momento de jugar por afuera del oficialismo, presentando lista propia en los comicios del octubre, e integrando tras de sí al núcleo más importante del PJ disidente.
Instalación
Hay que decir que Massa recoge buenas impresiones acerca de su gestión. Tan buenas que, durante el segundo semestre de 2012, y apoyado por la extensa campaña publicitaria que supo hacer mediante spots e inserts en noticieros —de esos que parecen crónicas pero son publicidad— extendió su buena imagen al resto del primer cordón.
Sorprendían, en septiembre, las encuestas que lo mostraban casi pegado a Scioli en la otra punta de su intendencia. Lo nombraban en Zona Norte pero también en Quilmes o Catán. Massa ya aparecía bien mirado en todo el espectro electoral bonaerense.
La foto de una campaña bien estructurada parece haberlo decidido a jugar sólo, sin acompañar la insoportable ambigüedad de Scioli, y darle al PJ disidente el candidato que tanto vienen buscando.
Daños Colaterales
Si Massa confirma lo que estamos adelantando, podría convertirse en el verdugo del kirchnerismo en Buenos Aires.
A números de hoy estaría traccionando alrededor de un 20%, que, en la alquimia de todo el espectro del distrito, dejaría al kirchnerismo con una pírrica victoria de no más de 15 puntos, Un 35% que es muy lejano al 45-49 que necesita para renovar diputaciones y ganar bancas.
Y siempre y cuando Scioli acepte, otra vez, ser falso candidato. De lo contrario el 35% se desdibujaría en leve descenso.
Algunos cuadros medios kirchneristas, con aspiraciones de corto plazo, incluso ven con buenos ojos la movida. Les permitiría ascender de lugar en las listas del oficialismo, para tratar de conseguir los foros tan necesarios. Para hacer buenos negocios a resguardo de la justicia.
Amassando el 2015
La gran Mostaza Merlo le dice a Massa que el paso a paso es diputación en 2013, y luego recorrer el espinel de los que lanzan sus líneas al 2015, donde podría hasta animarse a meter una candidatura presidencial.
Sea como fuere, de concretarse, al kirchnerismo le aparecería la primera herida electoral de propio cuño, que daría inicio a la sangría tan temida. Fuego amigo mata igual.
Dijo hace unos días Jorge Asís, que cuando los cristinistas adviertan que la reforma es imposible, asistiremos a una nueva Puerta 12. Desde Tigre alguien parece estar emplazando los molinetes.
Fabián Ferrante
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