Hace algunos años, hablando con una persona sobre el comunismo en Cuba, al que él ni defendía ni atacaba, sosteniendo que había cosas del régimen castrista que eran buenas y otra malas, me dijo textualmente: "Yo no tengo casa, alquilo. Por lo tanto, si viniera el comunismo a la Argentina, a mí, ¿en qué me puede perjudicar? Al contrario, seguramente me darían algo".
Claro... lo que este buen señor no veía es que lo "único" que cualquier régimen totalitario le puede sacar es lo más preciado que él posee, su libertad.
Es muy popular en nuestro país el poema del pastor alemán Martin Niemöller: "Cuando los nazis vinieron por los comunistas" —que frecuentemente se atribuye a Bertolt Brecht, puesto que fue parte de su obra "El Camino"— el cual dice:
Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
Guardé silencio, porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
Guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
No protesté, porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
No protesté, porque yo no era judío,
Cuando vinieron a buscarme,
No había nadie más que pudiera protestar.
En realidad, esta sentencia que habla de los nazis que perseguían a los comunistas la podríamos aplicar a la inversa, ya que los comunistas persiguieron, y lo siguen haciendo, a todos aquellos que vean como "enemigo y/o amenaza" al régimen. Y por supuesto que esto no es patrimonio exclusivo de los comunistas y nazis.
Lo es de todo régimen dictatorial-totalitarista, ya sea de derecha, izquierda e, incluso, teocrático. El gobierno de Irán es el más claro ejemplo.
El peronismo, doctrina inspirada en el régimen fascista de Mussolini, es una versión "light", si se quiere, de totalitarismo.
Ahora bien. La versión actual del peronismo es, sin dudas, el kirchnerismo que, cada vez con menos vergüenza y más convencimiento, se empeña en demostrar que su mayor anhelo es convertir a la República Argentina en un estado totalitario.
Primero fueron por las Fuerzas armadas y las de seguridad, y la mayoría de la población no solo lo consintió, sino que además lo festejó.
Fueron por la Iglesia, por las AFJP, por el fútbol, por el automovilismo, los medios, los periodistas, Papel Prensa, los empresarios, los productores agropecuarios.
Fueron por instituciones que jamás se hubiese imagino el más peronista de todos, el sindicalismo, el INDEC y la justicia, "democratizándola".
Fueron por los Derechos Humanos adjudicándoselos como mérito propio. Parece algo irreal, pero es cierto. Tan cierto como que además fueron por las fechas patrias, convirtiendo cada una de ellas en un acto político donde cuentan las "bondades del modelo Nacional y Popular".
Fueron por empresas como Aerolíneas Argentinas y la petrolera YPF, y también fueron por los fondos judiciales del Banco Ciudad y hasta por la calcográfica Ciccone.
Fueron la posibilidad de ahorrar en dólares (para el que puede, obviamente) y hasta convirtieron comprar dólares en algo más pecaminoso que comprar droga. Hasta fueron por las jubilaciones que reciben los viejos de Italia y España.
Ahora, fueron por los supermercados, congelando precios para disfrazar la inflación que ellos generan y hasta les prohibieron hacer publicidad en los principales diarios.
Pero no solo eso. No conformes, ahora también van por las tarjetas de crédito.
Seamos claros. El único motivo es apoderase del volumen de dinero que manejan Visa, Master Card y American Express y los bancos privados, nada más. Todo lo que se pueda agregar sobre el tema es, lisa y llanamente, mentira.
¿Nos tiene que llamar esto la atención? No, claro que no. El kirchnerismo es la más fiel representación del primer peronismo, del original. La Cámpora y la propaganda oficial suplantan a los libros de lectura que obligaban a leer a alumnos de escuelas primarias para enseñarles que Perón y Evita eran los verdaderos padres de la patria, nuestros dioses terrenales, hoy reencarnados nada más ni nada menos que en Néstor y Cristina.
Pero hay más; aunque parezca mentira, hay más. Fueron por el mismísimo peronismo, fueron por los peronistas que no son kirchneristas, transformándolos en los peores enemigos, la peor oposición.
Y queda algo más. Hasta fueron por los presos, a través del "Vatayón Militante".
No en vano el lema del Frente Para la Victoria es "vamos por todo, vamos por más", a la sazón la única promesa cumplida por el kirchnerismo.
Como están dadas las cosas, es realmente impredecible saber con qué cosa se puede despachar el gobierno.
Esperemos que cuando finalmente vengan por nosotros, no sea tarde; seguramente ya no habrá nadie que pueda protestar para salvarnos.
Pablo Dócimo
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