El periodista integrante de Tribuna de Periodistas, Luis Gasulla estará presentando su último libro, "El negocio de los Derechos Humanos" en la ciudad de Resistencia, provincia del Chaco, este jueves 21 de marzo a las 10 de la mañana. La cita tendrá lugar en el Hotel Covadonga y estarán presentes referentes de la oposición política al gobernador Jorge Capitanich y dirigentes sociales como Miguel Chamorro y Rolando Núñez de la Fundación Mandela.
Al día siguiente, el viernes 22 de marzo a las 19:30, Gasulla presentará su investigación en la ciudad de Formosa, provincia gobernada con mano de fierro por Gildo Insfrán, uno de los dirigentes preferidos de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
A pesar de los intentos de censura y de aprietes para que el libro no sea presentado en la provincia del noreste argentino, el periodista porteño lo hará en la calle Moreno 41, en el centro de la ciudad.
Mientras escribe su tercer libro que promete fuertes denuncias contra gobiernos de las provincias argentinas y, fundamentalmente, el gobierno nacional, les dejamos un extracto del capítulo 4 “Hagan sus apuestas” de “El negocio de los derechos humanos” que transcurre en la provincia del Chaco.
“Pero entonces, ¿hubo sobreprecios? ¿Hubo tasa de retorno?” “Pero claro… Íbamos 50 y 50.” Funcionario del gobierno del Chaco en una entrevista exclusiva, junio de 2011
En el Chaco, la relación entre el gobierno local y Sueños Compartidos afloró con más fuerza que en ningún otro lugar del país. Resistencia era la ciudad más visitada por Sergio y Pablo. De hecho, luego de su escandalosa salida de la Fundación, los hermanos siguieron frecuentando a los arquitectos de su confianza y a algunos funcionarios de segunda línea del gobierno de Jorge Capitanich. En esa ciudad, luego de que la Fundación se desvinculara formalmente de la construcción de viviendas, otros sueños compartidos nacieron vinculados al gobierno provincial y a empresarios amigos.
Ocho complejos de viviendas, siete hospitales y cuatro centros de salud estuvieron en el centro de la alianza estratégica de uno de los gobernadores más cercanos a Cristina Fernández y a las Madres de Plaza de Mayo.
Los carteles de Sueños Compartidos estuvieron presentes desde el Impenetrable chaqueño a Resistencia, desde ciudades importantes como Sáenz Peña a pueblos pequeños como Villa Bermejito, a pesar de que algunas obras se prolongaran durante años y otras jamás se concluyeran, como el Hospital de Fontana, situado a cinco kilómetros de la capital chaqueña.
A los aviones de Meldorek —empresa constructora en que la Fundación tercerizaba la construcción de las viviendas— se subieron Bonafini, Capitanich y los Schoklender.
En Resistencia, Sergio se reunía con funcionarios en el lujoso Hotel Amerian o en un local de comida rápida que se cerraba especialmente para atender al ex apoderado. Al lado del Amerian está el casino, y, aunque se sabe que Schoklender es un jugador empedernido, nadie declaró haberlo visto entrar, salvo el gobernador Jorge Capitanich quien afirma que sí lo hizo, que “estaba enviciado”. Capitanich atribuyó los viajes aéreos relámpago de Schoklender a los países limítrofes como típicos de un jugador compulsivo, de un loco.
Ese mismo loco manejó, sólo en el Chaco, 425 millones de pesos, apostó junto con el Gobierno e hizo saltar la banca.
Luego de la salida de Schoklender de la Fundación, Gasulla viajó a Resistencia. En junio de 2011, las obras estaban paradas. En la Rubita, un barrio alejado del centro de la ciudad, los trabajadores estaban en pie de guerra. En Fontana, el arquitecto Juanjo Alumni extrañaba a Schoklender y se quejaba de la falta de recursos. En cambio, en el barrio Campo de Tiro festejaban la salida del ex apoderado y recordaban la tensión que habían vivido en 2009, cuando se presentó la patota del supuesto apostador compulsivo.
Las promocionadas viviendas dejaban bastante que dsear. Algunas estaban abandonadas, otras a medio hacer y el resto, deterioradas. La causa principal del deterioro era que los techos eran italianos y no soportaban el calor chaqueño.
Emerenciano Sena, Tito López y Tiso Talavera son extorsionadores profesionales de la protesta social. Sena hablaba de libertad y de revolución pero había sido denunciado por trata de personas. Su causa, caratulada como “privación agravada de la libertad” en mayo de 2012, está estancada en la Justicia Federal, pero el líder piquetero no fue aún sobreseído en la misma. Testigos como Marcela Leiva se reunieron con el juez Norberto Oyarbide, en Buenos Aires, para aportarle pruebas en ese sentido. Sin embargo, el gobernador continuó gestionándole partidas para la construcción del ex Campo de Tiro porque él “no discrimina a nadie”. Todo el mundo construye en el Chaco y hasta el ambiguo piquetero Raúl Castells tenía planes de viviendas en su provincia.
Cuando Gasulla volvió a Buenos Aires, el abogado Alejandro Armoa lo contactó con su clienta, Marcela Leiva, la ex trabajadora que había denunciado al piquetero Emerenciano Sena y a la Fundación por trata de personas. Leiva estaba de incógnito en Buenos Aires, y esperaba ser recibida por Alejandra Bonafini, en ese entonces a cargo de la Fundación. Le quería explicar los negocios y la corruptela de su provincia en connivencia con el poder político. Su fotografía apareció en Clarín, junto con otro trabajador de Sueños Compartidos, Sadam Verón. Leiva temía por su vida.
En febrero de 2009, había sido contratado para trabajar en la primera obra que la Fundación encaraba en el Chaco. El impulsor había sido el propio gobernador, quien veía con buenos ojos ampararse bajo el paraguas protector de las Madres e incluir a los líderes sociales y piqueteros que amenazaban con minar un gobierno que atravesaba una crisis política y social. El gobernador, que había ascendido políticamente de la mano de la familia de su esposa Sandra Mendoza, ahora era noticia por las peleas públicas con ella. Se le atribuían infinidad de romances y había entablado una excelente relación con Cristina Fernández en la época en que ambos eran diputados. Capitanich llegó a la gobernación tras derrotar al caudillo radical Ángel Rozas, pero pocos recuerdan que, durante el menemismo y gracias a Carlos Corach, había sido interventor del Banco de la Provincia de Formosa, al que privatizó dejando a la provincia con un déficit de cien millones de dólares.
El ex diputado Adam Pedrini, muy amigo de la familia Mendoza, está convencido de que Capitanich tiene fondos en el exterior por más de treinta millones de dólares. Aunque en el entorno del gobernador muchos festejaron la salida de Schoklender, la relación entre ambos continuó, al igual que los negocios.
Redacción de TDP
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