El gobierno lanzo los CEDIM, bonos públicos en dólares, y todo apunta a que están pensados para blanquear capitales a raíz de las denuncias de lavado de dinero que salpican al corazón del poder, esto no puede ser así, pues la investigación penal ya está en marcha y una ley de blanqueo de capitales no haría desaparecer el delito. Hay que recordar que es una ley de blanqueo, no de amnistía. Por tal motivo habrá que buscar otra explicación a la medida.
Para ese análisis hace falta tener en cuenta lo siguiente:
En 2004, en el fallo Bustos que convalidó la pesificación de 2001, la Corte Suprema con esta composición afirmó “reconocer que a los depositantes en dólares se les devuelva sin más demora el mismo importe de la moneda extranjera en que se registraron sus depósitos implicaría la creación de una clase privilegiada, que no sólo se habría beneficiado durante un tiempo más o menos largo con intereses en dólares a una tasa inconcebible en el resto del planeta sino que ahora percibiría cantidades que, traducidas a la moneda argentina, tendrían un poder adquisitivo en el mercado interno considerablemente mayor al de lo originariamente depositado.”
En 2009, el gobierno lanzó un blanqueo de capitales mucho más atractivo que este —ya que solo se trataba de traer el dinero al país, declararlo y luego usarlo como se quisiera— y en una mejor situación económica y ya en aquel entonces no tuvo el éxito esperado, logrando blanquear solamente 4.000 millones de dólares.
Ya sabemos que tenemos un gobierno que literalmente va por todo y que posee graves problemas económicos que afrontar en el corto y mediano plazo, que no puede pedir dinero afuera y que ya depredó todas las cajas a las que echó mano.
En la reforma judicial, introducida mediante el pomposo nombre de “democratización de la justicia”, y en la cual toda la oposición centró sus ojos en la integración del Consejo de laMagistratura, se sancionó la Ley 26.854 mediante la cual las medidas cautelares contra injerencias estatales de carácter patrimonial contra individuos ya no corren más.
Con todos estos datos, no resulta descabellado pensar que los CEDIM están pensados para que sean incorporados al mercado (como la Argentina no puede emitir dólares, ahora emite bonos “símil” dólares) y una vez que el mercado se encuentre habituados a ellos, dar el zarpazo a las cajas de seguridad bajo el argumento de combatir la evasión fiscal, abrir dichas cajas y cambiar su contenido por los CEDIM.
Adoptar tal medida bajo la premisa de que se combate la evasión fiscal de la clase alta, pese a que se le dio la oportunidad de blanquearlo, sería bien receptado por los llamados “sectores populares” de la población y encontraría su sustento jurídico en el mencionado precedente “Bustos” de la Corte Suprema de Justicia.
Además, el perjudicado con dicha medida carece a la fecha de toda protección inmediata contra ese acto de gobierno.
Lo medular de la reforma judicial no es el Consejo de la Magistratura, sino la eliminación de las cautelares.
La ingeniería jurídica ya estaba lista y, con los nuevos bonos, ahora tienen el papelito para llevarse tus dólares y dejar algo a cambio.
Pablo Torres