Militantes de agrupaciones políticas afines a la Casa Rosada serán "desplegados" para fiscalizar que se cumplan los acuerdos de precios establecidos por el Gobierno, que ahora solo alcanzan a 500 productos, anunció este miércoles la presidenta Cristina Kirchner, al lanzar una campaña denominada "Mirar para cuidar".
La iniciativa busca "mirar los precios y cuidar los bolsillos del pueblo", resaltó la mandataria, que si bien no brindó mayores precisiones acerca de cuáles serán esas organizaciones que saldrán a la calle a controlar precios, afirmó que "se utilizará la fuerza de las agrupaciones juveniles y políticas", que se desplegarán por "todo el territorio" nacional.
La medida no es nueva. En febrero el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, desplegó cientos de inspectores a las principales cadenas de suepermercados a controlar los precios acordados mediante el congelamiento, si bien ya venían haciéndolo esporádicamente desde que el funcionario se hizo cargo de la cruzada oficial contra la inflación.
La campaña "Mirar para cuidar" tiene por objetivo fiscalizar que los comercios cumplan con el congelamiento de precios que dispuso el Gobierno hasta octubre próximo para 500 artículos de primera necesidad, entre productos comestibles y de limpieza, según averiguó Noticias Argentinas.
"¿Mirar qué? Los precios ¿Cuidar qué? El bolsillo del pueblo", resaltó Cristina, quien agregó que la iniciativa "será una suerte de operativo permanente".
Durante el acto en la Casa Rosada, la Presidenta también le habló a las cámaras empresarias y pidió que ese "esfuerzo formidable que hace el Estado y la sociedad" con el incremento de las asignaciones familiares anunciado este miércoles no signifique "un aumento inmediato de los precios".
"Pareciera que los precios los aumentara Moreno o Cristina Fernández de Kirchner, pero los que ponen los precios son ustedes", enfatizó, en un mensaje transmitido por cadena nacional.
"Como son ustedes los anunciantes más importantes que tienen los medios de comunicación terminan hablando del Gobierno y los precios y no de ustedes porque son los que ponen la plata en publicidad", apuntó.
Según dijo, será necesario entonces "controlar" la lista de productos con precios congelados porque no es posible "dejar librado esto a la buena voluntad del empresario" y señaló que implementará el mencionado "operativo permanente", que confió dará "muy buenos resultados".
"Vamos a utilizar una metodología que uso Néstor Kirchner en 2005 y 2006 y con la fuerza de movimientos políticos, sociales y juveniles para desplegarlos en todo el territorio con la campaña que se va a llamar ´Mirar para Cuidar´", manifestó, y añadió: "Vamos a aprovechar ese enorme caudal de energía".
"Vamos a mirar para cuidar. Vamos a tener muy buenos resultados. Confío en la inteligencia de los empresarios. Es importante mantener el nivel de consumo y de gente ocupada para que sigan comprando cosas" y para que la Argentina siga progresando, remarcó Cristina.
La anterior campaña ya había tenido lugar en 2005, con el gobierno de Néstor Kirchner, cuando los precios minoristas se habían elevado ese año aumentando el 12,3%, el doble de la inflación de 2004.
En ese momento, el acuerdo estaba limitado a una lista de 250 productos. Luego, fue ampliada a todos los artículos de supermercado y luego se extendió a otros rubros.
Sin embargo, el acuerdo no impidió que los precios siguieran subiendo y el supuesto “control” de la inflación terminó en la intervención del organismo que lo informaba: el Indec.
A fines de 2011, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, anunció la entrada en vigor de una ley de congelamiento de precios destinada a paliar la alta inflación del país. Las advertencias por desabastecimiento llegaron desde el sector empresarial hasta el sindical.
Citando a Lenin, acusó a las empresas de "explotar al pueblo" al impulsar los precios injustificadamente. "Por una parte, nosotros incrementamos los salarios y, de una vez, ellos inmediatamente incrementan los precios", dijo.
Dicha ley, sumada a Ley Especial de Defensa Popular contra el acaparamiento, la especulación y la usura sobre alimentos bajo régimen de control de precios, agravó los problemas de desabastecimiento de alimentos en ese país, que en la actualidad viene generando fuertes medidas por parte del Gobierno.
Recientemente, el actual presidente de Venezuela les dijo a los empresarios que "juegan con candela" al desabastecer de productos de consumo masivo al pueblo venezolano, que éste puede enojarse y provocar un "Caracazo" y acusó a los medios de prensa privados de “promover el nerviosismo entre los consumidores para que aumenten las compras y agudizar el problema de escasez”.
La semana pasada, Venezuela anunció la reactivación del "Plan Nacional de Inspección y Fiscalización Conjunta para combatir el desabastecimiento y especulación". El operativo comprende a 250 inspectores que saldrán a la calle para "defender al pueblo contra la especulación y el acaparamiento, controlando precios principalmente de alimentos". Las penas van desde multas a años de cárcel.
Este tipo de medidas, no solo confirma la inflación que se ha pretendido ocultar desde el Gobierno -ya a la par la Presidenta anunció un aumento en la Asignación Universal por Hijo-, sino que evita atacar la causas del aumento de precios generalizado y focaliza la inflación como una mera decisión empresarial de ofrecer productos cada vez con más aumentos.
Cristina se esmera en copiar el modelo venezolano, el cual ahora trata de calmar a sus ciudadanos asegurando que la Revolución los abastecerá de papel higiénico.
José María González