“No vine para la foto, sino por una cuestión personal”, había dicho el candidato a diputado por Buenos Aires nombrado por la Presidenta, Martín Insaurralde, una vez llegado a Brasil para intentar participar de la misa de cierre del papa en Río.
Con el cuello estirado, tratando de entrar en el marco de la imagen, Insaurralde consiguió captar el momento en que Francisco lo saludaba a él y a Cristina Fernández, tal como a los otros presidentes latinoamericanos que se encontraban en ese momento.
La papamanía llegó para quedarse, el papa paga, no hay vuelta que darle. Con pequeños gestos impensados hace algunos meses, consiguió lo que pocos líderes pueden: conquistar hasta a los que no concuerdan con su credo.
Pero esto no fue siempre así, no fue hace mucho tiempo que el papa representaba para el kirchnerismo a la dictadura argentina en la santa sede. Volteó la línea editorial de Página/12 en una semana e hizo borrar tuits de candidatos K que no estaban aún volcados al katolicismo. Acá un repaso.