El robo a la casa de Sergio Massa, ocurrido el pasado 20 de julio, no deja de llamar la atención, principalmente porque ocurre en medio de la campaña para las próximas elecciones primarias.
Lo que se sabe hasta ahora es poco y nada, pero no deja de ser preocupante: quien está imputado en el hecho es un oficial de Prefectura llamado Alcides Díaz Gorgonio, el cual depende de la Secretaría de Seguridad de la Nación, a cargo de Sergio Berni. ¿Es apenas una coincidencia o algo más? ¿Fue un mensaje o solo un robo?
Lo que sorprende es que el intruso entró armado en la casa de Massa, con silenciador y todo. A su vez, el uniformado disparó contra una cámara de seguridad y se llevó dos pendrives con información de la gestión del intendente, entre otras pertenencias. ¿Para qué querría un malviviente esos datos?
Otro dato que llama la atención es que el hecho haga visto la luz a través de una nota publicada ayer por el periodista Horacio Verbitsky en Página/12, usual operador del kirchnerismo. No debe olvidarse que fue este último quien motorizó las principales movidas de prensa oficiales, incluida la imputación infundada de 2009 que intentó instalar que Francisco De Narváez era narcotraficante.
No casualmente fue también en el marco de elecciones legislativas, igual que ahora.
Las sospechas no solo son periodísticas, sino que provienen también de la mismísima fiscalía a cargo de la investigación y que comanda Mariano Magaz. Los investigadores judiciales sospechan de un nexo del autor del hecho con un área de inteligencia del gobierno nacional.
"Lo que omitió la nota de Verbitsky es que fue alguien de Prefectura vinculado al área de Inteligencia que trabaja en el Ministerio de Defensa", sostuvo una fuente con acceso a la investigación. Del otro lado, como era de esperar, el Gobierno lo niega. Fuentes de Seguridad sostuvieron que se trató de un robo común y especularon con que el fiscal no lo cargó en la base de datos del Sistema Informático del Ministerio Público (SIMP) para proteger a Massa.
Otro hecho que genera desconfianza es que, según la investigación, Díaz Gorgorio estuvo cinco horas en la garita de seguridad del country donde vive Massa tomando mate con el resto del personal estable de seguridad del barrio cerrado. Y algo más: había otros dos prefectos en ese momento que extrañamente no fueron detenidos ni llamados a indagatoria.
La desconfianza crece al paso de las horas y el propio massismo arroja sus propios interrogantes al respecto. Por caso, aseguran que en la nota escrita por Verbitsky se omite toda la supuesta relación de Díaz Gorgonio con las fuerzas de seguridad nacionales y justificaron ante diario La Nación que estaban a la espera de que el fiscal autorizara a mostrar las imágenes para dar a conocer el sospechoso robo.
Mientras tanto, desde el juzgado ad hoc admitieron que se abrió otra línea de investigación que podría vincular el caso a la campaña electoral.
Al mismo tiempo, trascendió que esta mañana Massa dará a fotos y otros detalles del episodio sufrido por él y su familia.