Hace poco más de un mes que Cristina Fernández no aparece en público. No es un dato menor. No lo es cuando desde hace más de diez años, el gobierno kirchnerista nos tiene acostumbrados una catarata de actos públicos sobre lo que sea, cadena nacional mediante, haciendo anuncios y más anuncios de promesas que, en su inmensa mayoría no se cumplirán.
¿Casualidad? ¿Cambio de estrategia “comunicacional”? No, nada de eso. El problema es preocupante, muy preocupante.
Hasta mediados del año 2013, aproximadamente, el kirchnerismo tenía dos problemas. El primero, estudiar la mejor manera de tratar de mantenerse en el poder después de 2015, ya que saben que una vez finalizado el mandato de Cristina, muchos de ellos, casi todos, van a tener que enfrentar todo tipo de juicios por las tropelías cometidas en estos diez años y pasearán por los tribunales de Comodoro Py .
El segundo, es que no tienen la más mínima idea de cómo salir del laberinto en el que están inmersos.
De todas maneras, esto, hoy por hoy no es lo más relevante en el seno del Frente Para
Y aquí también existen dos problemas. El primero es la bipolaridad de
El segundo, y esto es lo verdaderamente grave, es la delicada enfermedad que padece.
Esta enfermad hace, a su vez, que la bipolaridad se potencie y que Cristina se vea sumida en una fortísima depresión.
El futuro del kirchnerismo es muy incierto, y es muy poco probable que Cristina finalice su mandato, prácticamente imposible.
¿Por qué es prácticamente imposible? Veamos:
Supongamos el escenario uno, que Cristina se recupere y en unos días aparezca en público como siempre, como si nada hubiese pasado. En este caso, el problema es que, como ya dijimos, no tienen la menor idea de cómo desactivar la bomba de tiempo que ellos mismos no solo activaron, sino que además crearon.
Un solo ejemplo de ello es la pérdida galopante de reservas del Banco Central. Es solo cuestión de meses.
Pero lo peor, no es el escenario uno, que en honor a la verdad, es muy difícil que ocurra, ya que es muy poco probable (no imposible) que cristina vuelva a aparecer en público, y si lo hace, lo hará de manera esporádica y con un tono no tan combativo como lo hizo históricamente.
El verdadero problema es el escenario dos, a saber:
En unos meses, el Poder ejecutivo va a comunicar que la presidenta padece una grave enfermedad y pedirá licencia médica por tiempo indeterminado. Y aquí viene el zafarrancho, ya que lo único que falta definir es si Amado Boudou se hará cargo de la presidencia o, algo menos probable, llamar a elecciones anticipadas.
Llamar a elecciones anticipadas sería lo más extremo, puesto que para ello, los kirchneristas, pretenderán negociar con los posibles candidatos a Presidente su impunidad para cuando no estén más en el poder.
Esta es hoy la realidad. Puede cambiar, depende, pero hoy por hoy esto es lo que verdaderamente ocurre en la república Argentina.
Pablo Dócimo
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