Este domingo, diario La Nación sorprende con una nota titulada La campaña kirchnerista se financió con fondos sospechados de lavado, donde se asegura que “un peritaje judicial confirmó que tres empresas que aportaron a la candidatura de Cristina Kirchner en 2007 no pueden justificar el origen del dinero”.
Según ese medio, la Justicia determinó que al menos una parte de la financiación de la campaña kirchnerista de 2007 tuvo un origen irregular.
“Tres laboratorios que aportaron fondos para la postulación de Cristina Kirchner no pueden justificar de dónde proviene ese dinero, según un peritaje contable realizado por expertos de la Corte, reportes de operaciones sospechosas y evidencias que reunió la Justicia en la causa en la que se investiga a esas empresas por lavado de dinero”, dice La Nación.
El dato es escandaloso a primera vista… pero no es nuevo. Tribuna de Periodistas viene alertando desde el año 2008 sobre el mismo tema, adelantándose a todo lo que hoy dice ese diario. El 27 de agosto de ese año, este portal publicaba lo siguiente:
Uno de los escándalos que más teme el oficialismo es el que está relacionado con los aportes para la campaña de Cristina Kirchner a fines del año 2007. La realidad indica que más de la mitad de los fondos aportados fueron canalizados a través de firmas relacionadas con la industria farmacéutica que están sospechadas de graves delitos. ¿Cómo puede explicar el kirchnerismo el hecho de haber aceptado esos fondos? El propio ministro de Justicia, Aníbal Fernández, admitió que la droguería de Sebastián Forza —una de las firmas que puso dinero— tenía una docena de causas por adulteración de fármacos.
(…) En el marco de la tarea de recaudación para la campaña de Cristina Kirchner a fines de 2007, el nombre que aparece con insistencia feroz es el de Héctor Capaccioli, megasospechado superintendente de Servicios de Salud y hombre del riñón del auto-renunciado Alberto Fernández.
Capaccioli ha sido la misma persona que Sebastián Forza mencionó como "intermediario necesario" respecto a cualquier ilícito vinculado a la venta de medicamentos o adulteración de fármacos. Sospechosamente también es la persona que la ministro de Salud, Graciela Ocaña, suele omitir a la hora de denunciar ciertos negociados a través del PAMI o IOMA.
Es Capaccioli la persona que, sin parangón en la historia política argentina, se encargó de recaudar dinero para la campaña de Cristina Kirchner. ¿Qué significa esto? históricamente, jamás un superintendente de ninguna área se hizo cargo de tarea semejante.
Casualmente, merced a su gestión, la mayor cantidad de aportantes a "la causa" fueron laboratorios medicinales y/o personas vinculadas a estos. Existe una denuncia puntual impulsada por legisladores de Coalición Cívica que traerá grandes dolores de cabeza, a Capaccioli en particular y el kirchnerismo en general, sobre todo cuando se compruebe que varios de los aportantes jamás podrían haber puesto dinero por no tener patrimonio suficiente que lo justifique.
No fue la única nota de investigación que este medio publicó sobre el tema de los aportes “truchos” en la campaña de Cristina. Hubo al menos unas 12 más, la última del 11 de agosto, donde se anticipó en exclusiva lo que hoy publica La Nación: que Lijo avanzaba en este mismo expediente de blanqueo. “¿Cómo avanzará el expediente? Es imposible anticiparlo, aunque, más allá de lo que ocurra a nivel judicial, perjudicará políticamente a Cristina de manera directa”, se vaticina allí.
Hay mucho más: con mi propia firma revelé en marzo de 2010 que en la antesala del despacho de Héctor Capaccioli, se le pidió a uno de los aportantes “truchos” del FPV que firmara un acta, donde ratificara los supuestos aportes que nunca había hecho. Se trata de Gabriel Brito.
Con solo utilizar el buscador de TDP, se podrá ver que todo lo que hoy se va revelando, ya lo había anticipado este medio. Incluso datos que aún no se han dado a conocer.
El mérito es de todos los que aquí trabajamos, que hicimos un trabajo arduo y en equipo, entrevistando a más de 35 fuentes de información y analizando muchísimos documentos, los cuales fueron luego aportados a la Justicia.
Yo mismo aporté al poder judicial copia de cheques de Sebastián Forza y una copia de un Excell que tenía en su computadora personal.
Hoy parece sencillo hablar de este tema, con un kirchnerismo debilitado y en retirada, pero en los días en los que lo hicimos nosotros, nadie se animaba a hablar de esta cuestión. Sufrimos muchos aprietes por hacerlo, lo cual incluyó la presión sobre nuestros anunciantes por parte del gobierno. De todos modos, no dudamos en avanzar.
Gracias a ese valiente trabajo nos ganamos el respeto de nuestros colegas y la valoración de la sociedad. En unos meses, Cristina ya no estará, y nosotros seguiremos contando lo que los poderosos no quieren que se sepa. No importa a quién involucre.