“Son dos caras de una misma moneda… Ella es el poder político del proyecto K; él es el poder económico… Los dos piensan en después del 2015”. Así presenta revista Noticias de esta semana su nota de tapa.
Se trata de “la verdadera relación entre Cristina y Cristóbal López” y allí se desnuda la red de negocios, amigos y parientes… Y los bienes de lujo en común. A continuación un anticipo de lo que publicará Noticias:
Algunos negocios salen a la luz de la manera menos pensada. Por ejemplo, por culpa de unas fotos en la cuenta de Instagram de Julieta Camaño, la bella pareja de Fabián De Sousa, socio y mano derecha de Cristóbal López. En esas imágenes del viernes 24, sábado 25 y domingo 26 de octubre se ve a la periodista y modelo retozando en el verde de una chacra del exclusivo Puerto Panal, recostada junto a la piscina, o con la casa de fondo, sonriente y relajada junto a su novio. Una típica postal de primavera, pero también la última prueba de cuánto comparte la familia presidencial con el empresario más emblemático de la era K: porque la chacra en cuestión, que ahora se adjudica como propia el socio de Cristóbal López, es la misma que en diciembre del 2012 llegó a la tapa de Noticias, cuando el operador y otro yo inmobiliario de Máximo Kirchner, Osvaldo “Bochi” Sanfelice, la compró en 2,2 millones de dólares para que la usara el hijo de Cristina Fernández.
Ahora, los voceros de Cristóbal confirman el cambio de manos de la propiedad, pero se niegan a mostrar papeles y a aportar las cifras de la transacción. ¿Cuánto ganaron con esa venta los Kirchner y su socio Sanfelice, que comparte con Máximo la titularidad de la inmobiliaria familiar, Negocios Inmobiliarios SA? ¿No debería la Justicia interesarse en los negocios de la prole y el entorno presidenciales con un contratista del Estado como López? Sobre todo, porque el episodio de esa chacra de la localidad bonaerense de Zárate es solo el último de una sugestiva serie, como se detalla en esta investigación.
Cristóbal enfurece cada vez que le mencionan la palabra maldita: testaferro. Para él, su relación con Cristina –como antes con Néstor Kirchner– es de igual a igual y no de jefe a súbdito. Así se lo explicó alguna vez al periodista Luis Majul: “¿Testaferro yo? ¿Qué significa testaferro? Un testaferro es un empleado. Si sos testaferro, no existís. Si me tratás de socio, al menos valorizás lo que hago. Pero si ponés testaferro, me estás tratando de gil”. Cristóbal no es un “gil”. Se considera un socio de los Kirchner.
Mi casa es su casa. La propiedad en el exclusivo club de chacras Puerto Panal fue adquirida por el socio de Máximo K en el 2012. Aunque Sanfelice puso la cara y el nombre para esa operación –no se le conocía semejante capacidad de ahorro–, las fuentes en Puerto Panal y en la inmobiliaria que intervino en la operación aseguraron que invocó el nombre del hijo presidencial como verdadero propietario. Menos de dos años después aparece en escena el socio de Cristóbal López, Fabián De Sousa, como flamante dueño de esa casa rodeada de 5 hectáreas de verde en el mejor lugar del barrio cerrado. La explicación aportada por los voceros del empresario es estrambótica: afirman que De Sousa en realidad fue el comprador original, pero no explican por qué es Sanfelice quien hasta ahora figuraba como dueño en el resumen de las expensas. “Ahora ya regularizó todo, está a su nombre”, afirman al lado de De Sousa, acaso buscando encubrir a Máximo.
Luego de que la chacra fuera descubierta por esta revista ya no servía como refugio para el hijo presidencial y lo mejor era venderla a un amigo con ganas de hacerle favores al poder. Como Cristóbal, De Sousa –su socio minoritario en el Grupo Indalo– mantiene una gran relación con Máximo y su madre presidenta. El anterior dueño de la chacra que la vendió a Sanfelice, el ingeniero Sebastián Maronese, murió hace un año y se había desprendido del inmueble por sus problemas de salud.
¿Por qué el “cristobalismo” invoca una relación con el socio inmobiliario de Máximo, Sanfelice? La explicación es escandalosa: el hombre, ex funcionario K y amigo íntimo de la familia, a su vez aparece asociado con De Sousa y Cristóbal en dos emprendimientos. Es socio del primero en la empresa Talares de Posadas, dedicada a la construcción obras de ingeniería. Y es también empleado de Alcalis de la Patagonia, la firma del Grupo Indalo de Cristóbal abocada a la producción de carbonato de sodio. En resumen, Sanfelice es el hombre que eligieron los Kirchner para oficiar de nexo comercial con el “cristobalismo”. No estaría allí si no fuera por sus jefes políticos.
Así como resulta promiscua la historia de la chacra de Puerto Panal, hay otros casos en los que los lazos inmobiliarios entre el empresario y la familia presidencial exceden lo normal. Noticias logró confirmar que Cristóbal es quien desde hace más de dos años alquila una oficina en el octavo piso del edificio Madero Center de Puerto Madero, propiedad de la Presidenta a través de su sociedad Los Sauces SA.