Las protestas de los trabajadores de la TV Pública no son nuevas. Hace algunas semanas, anunciaron medidas de fuerza en rechazo de "la persecución política" a periodistas, "la manipulación" de contenidos y "la censura" de las voces de legisladores, dirigentes sociales y sindicales que cuestionan al Gobierno.
"Iniciamos un plan de lucha para repudiar y denunciar una serie de graves situaciones que se están viviendo tanto dentro del Noticiero como en otros ámbitos del canal estatal", señalaron entonces en un comunicado de prensa.
En las últimas horas, se sumaron nuevos reclamos, esta vez contra la Gerencia de Noticias, a cargo de Carlos Figueroa y Víctor Taricco (este último denunciado por realizar operaciones de inteligencia contra los trabajadores).
A ambos acusan de “pretender seguir adelante con su política de manipular la información, engañar a la opinión pública y perseguir a los trabajadores de prensa, con la anuencia de las máximas autoridades de la RTA, que por otro lado, mantienen en condición de despedidos a los 50 músicos de la Orquesta Estable del canal”.
Según el comunicado: “Como el concepto de ética periodística les resulta totalmente ajeno, y sólo funcionan en base a la conveniencia política del momento según las directivas que reciben, ahora tratan de naturalizar esa manipulación y confundir a la sociedad apelando a entrevistas truchas, realizadas por falsos periodistas al servicio oficial”.
Para ejemplificarlo, el comunicado da cuenta de la Cumbre del G-20 que se está llevando a cabo en Brisbane, Australia, donde empleados de La Corte, “la productora beneficiada con el jugoso negocio de manejar la comunicación del gobierno, fabricaron una puesta en escena de “entrevista” al ministro de Economía Axel Kicillof, la que luego quisieron hacer pasar como una cobertura producida por el servicio de noticias de la Televisión Pública para ser emitida en los espacios informativos del Noticiero”.
Según los trabajadores, el motivo por el cual “esta burda operación” se llevaría a cabo es muy simple: porque en la misma un trabajador tercerizado, sin funciones periodísticas y al servicio de una empresa a la que se le paga para difundir actos y discursos del Gobierno se limita a colocar un micrófono a un funcionario, sin formularle preguntas, sin la presencia de otros medios o periodistas ni las condiciones que convierten a una situación comunicativa en un acto periodístico. Un acto periodístico demanda básicamente poder interrogar sin condicionamientos ni libretos pre-establecidos a quienes deben responder por sus actividades y decisiones ante la opinión pública.
Y finaliza el comunicado: “Los trabajadores de prensa del noticiero de la Televisión Pública, que ya hemos rechazado en numerosas oportunidades anteriores, durante este y otros gobiernos, ser cómplices de prácticas reñidas con la ética de la profesión periodística, repudiamos este intento de engañar a la sociedad haciendo pasar por información genuina una operación de publicidad oficial, y nos negamos a emitirla”.