Me causa gracia la tapa del diario La Nación de hoy cuando titula “Hablemos de narcotráfico” poniendo como propias denuncias que he realizado a lo largo de esta década impune, ahora que el narcotráfico le toca la cola a La Nación salen a hacerse las victimas cuando en realidad son parte del narcotráfico que crearon.
Durante esta década impune en la que los directivos de Nación, Clarín y Página 12 succionaron de la pauta oficial repartida por Aníbal Fernández bajo la consigna de silenciar el avance del narcotráfico en Argentina, ahora comienzan a sentir los coletazos de los mercaderes de la muerte, que fijados en sus objetivos no tienen inconvenientes en descuartizar a los hijos de los periodistas que ahora quieren hablar.
Recuerdo que La Nación y Clarín me tienen prohibido y no por imposición del gobierno de turno que también hacen lo propio en sus medios, sino porque en sus redacciones hay consumidores de drogas que creyendo defender la sustancia han protegido a los narcotraficantes apoltronados en nuestro país gracias a la inacción de Migraciones, Aduana, Sedronar, Ministerio de Seguridad y Secretaría de Inteligencia bajo el silencio mediático que hoy los aplasta y condena.
La Nación en la tapa dominical de hoy utiliza mis siete años de denuncias arrogándoselas como argumento propio para rasgarse las vestiduras por su periodista amenazado.
Si pretendían algo distinto a lo que acaba de suceder es que jamás entendieron nada o se sentían felices mirando al narco con cariño.
Ahora, la protección dada por los medios nacionales a la instalación de 6 cárteles en la República Argentina se le vuelve en contra y seguramente pagarán con vidas el error de haber soslayado la defensa del país por una pauta publicitaria.