Los gobernadores de diferentes provincias de la República Argentina tienen la posibilidad de ser reelegidos, a veces indefinidamente, en otras ocasiones se encargan de sustituir su gobierno con el de un heredero títere, para así, seguir manejando el poder. Otras tantas, se alternan en el poder con familiares o miembros del propio clan.
Tenemos el ejemplo de Jorge Capitanich, alias el quemado, Gobernador de Chaco (creo que no renunció a su puesto sino que pidió licencia) Jefe de Gabinete que niega la existencia de la desnutrición en su provincia. Bien conocidos son los maltratos a los pueblos originarios Tobas. Además en Chaco se produce la quita de los DNI por coacción al momento de decisiones electorales. No sólo pasa en Chaco sino que es reflejo de prácticas autoritarias instaladas en varias provincias. En Salta, Uturbey no para de talar montes para darle vida al Dios soja.
Se conocen bien las apretadas a opositores y los métodos coactivos contra la oposición del clan Zamora en Santiago del Estero.
En Tucumán existe un hijo prófugo y en Córdoba De La Sota es Rey. Como diría Luis Juez "En Córdoba existe un monarca, mitad mono mitad garca".
Estos Señores feudales dominan los resortes económicos y políticos de las provincias. Poseen el poder del Estado Provincial, se adueñan de grandes extensiones de tierra y los mejores hoteles, negocios y comercios caen en sus manos. He aquí señores, un feudo, en el sentido moderno de la palabra, y allí van los presidentes y candidatos a negociar con los Señores, es que para llegar al poder presidencial, necesitan los votos cautivos con que cuentan los Feudales Señores.
¿Qué tiene esto que ver con la Democracia? Debería plantearse seriamente la necesidad de la no existencia de la reelección indefinida y la no prosperidad de un mismo clan en el poder provincial por décadas.
En Catamarca es muy conocido el caso de detenciones policiales y amenazas de elementos parapoliciales a los ciudadanos que reclamaban el fin de la minería a cielo abierto.
Los Kirchner extendieron el sistema feudal a escala nacional, quedándose con el control de los casinos, del petróleo a través de Eskenazi, de medios masivos de comunicación y formando la "liga de los gobernadores mineros" con Gioja y los otros gobernadores cordilleranos haciendo negocios y pactos coloniales con la Barrick y La Lumbrera. En la ciudad de Buenos Aires, bien conocidos son los aprietes a los periodistas Alfredo Leuco y Marcelo Longobardi.
Hay que luchar por una Democracia real y no ficticia, ya que "hemos guardado un silencio muy parecido a la estupidez" (1); sino "será tal vez nuestra suerte, mudar de tiranos sin destruir la tiranía" (2).
(1) Juan José Castelli; (2) Mariano Moreno.