Yo elijo el silencio. Y lo elijo porque es mi deber moral honrar la memoria de un colega muerto que nos representaba ante la sociedad.
Yo elijo el silencio porque es de bien nacidos hacerlo en estas circunstancias.
Yo elijo el silencio porque hay una familia que está sufriendo la ausencia del ser querido. Que se fue sin avisar. Que se fue sin ser despedido.
Yo elijo el silencio porque la bronca que me produce esta muerte violenta puede perturbar mi pensamiento y sería imprudente verbalizarlo.
Yo elijo el silencio porque ante el agravio o la falta de respeto extrema es preferible callar. No siempre el que calla otorga. A veces, el silencio rompe los tímpanos de los necios...
Yo elijo el silencio aunque se burlen de él.
Yo elijo el silencio y elijo marchar en honor del fiscal muerto sin estar en contra de nadie. Sin ser opositor ni oficialista. Sin ser leal o traidor. Sin ser obsecuente o crítico... Son categorías muy pequeñas, muy miserables frente al misterio de la vida y su final.
Yo elijo el silencio sin renunciar a la esperanza.
Marcelo Carlos Romero
Fiscal del Ministerio Público
Especial para Tribuna de Periodistas