Alberto Nisman lo mataron”, aseguró la jueza y ex esposa del fiscal, Sandra Arroyo Salgado, el jueves 5. La teoría está sostenida en los 13 puntos de las conclusiones del informe que realizó el equipo de peritos de la querella, dos de los cuales son claves: “La data de la muerte” y el “espasmo cadavérico”. El análisis de estos dos indicios contradice los resultados de la pericia oficial y marca un enfrentamiento que, según la fiscal Viviana Fein, se va a dirimir por un tercer cuerpo pericial.

Consultados por revista Noticias, el presidente del Consejo Europeo de Medicina Legal y la Red Iberoamericana de Medicina Legal y Ciencias Forenses, el doctor Duarte Nuno Vieira; el psiquiatra forense y presidente del Colegio de Peritos Médicos Legistas de Capital Federal, Mariano Castex (posible perito de parte de Lagomarsino); y la criminalista Olga Haydee Fernández Chávez, cuestionaron las apreciaciones del informe que presentó Arroyo Salgado, elaborado por los médicos legistas Osvaldo Raffo y Julio Ravioli y el criminalista Daniel Salcedo.

El punto más conflictivo es el de la “data de la muerte”. Hay 16 horas de diferencia entre el resultado de los peritos oficiales y el de la querella. Esta brecha, que sorprende a los peritos consultados, es importante porque a la querella le indica que Nisman habría muerto el sábado 17 de enero a las 20 horas (+/- 4). Esto ubica a Lagomarsino en la escena de la muerte y determina que las livideces (acumulación de sangre en los puntos bajos) que presenta el cuerpo demostrarían que fue movido antes de ser encontrado por los custodios, 24 horas después. Sucede que las livideces (manchas similares a moretones) demoran en fijarse entre 12 y 18 horas.

O sea que, de ser así, el movimiento de los médicos la noche del domingo 18 no estaría registrado en estas manchas. Para Castex, la diferencia horaria se debería a que la querella hace su análisis solo por las contracturas. “Eso es arbitrario y falaz, ya que el aflojamiento muscular comienza a las 24 horas y llega hasta las 36. Raffo toma las 36, lo que marca la diferencia de horario entre los peritajes”, aseguró Castex.

“El método más exacto para calcular la data de la muerte es el estudio de humor vítreo –un análisis del líquido gelatinoso que se encuentra detrás del cristalino del ojo-”, explicó Fernández Chávez. Sin embargo, para el forense Vieira, “el humor vítreo  y los análisis bioquímicos no permiten una estimación fiable”, y sostiene que lo más exacto es el estudio Nomogram de Henssege, un cálculo en el que inter- vienen desde detalles físicos del muerto hasta las condiciones atmosféricas en las que fue encontrado.

El otro punto controversial es el del “espasmo cadavérico”. Según la fiscalía, Nisman presenta este síntoma en la mano derecha y eso indicaría que él habría disparado el arma Bersa calibre 22 de Lagomarsino. Sin embargo, para la querella hubo agonía. En este punto coinciden todos los peritos consultados: “El espasmo es incompatible con la agonía”. Descartar el espasmo, para los peritos de Arroyo Salgado, es un indicio que, sumado a la falta de pólvora en la mano, al movimiento del cuerpo, a la trayectoria del proyectil (que no es normal en los casos de suicidio) le sirven para afirmar la teoría del asesinato. Además incorporan el famoso punto 12 del informe– que recién se conoció esta semana– según el cual Nisman habría estado de rodillas al momento de recibir un disparo efectuado por otra persona posicionada detrás de él. Pero Vieira difiere en la forma en la que la querella deduce la agonía:

“No se puede afirmar agonía solo por la cantidad de sangre hallada, porque han habido casos en los que la víctima continuó sangrando después de muerto”. Y concluyó: “Los peritos no damos certezas, damos indicios basados en todas las pruebas. Cualquier apreciación parcial, es equívoca. O, e algunos casos, intencional” (Noticias).