Tan silencioso como implacable, el tiempo comenzó a correr para los líderes políticos que fijaron su mirada en los comicios de este año y que buscan tomar el envión suficiente como para sortear ese gran escollo inicial llamado internas: cualquier intento de supervivencia con vistas a octubre dependerá de un éxito en las PASO.
Con el reloj de arena definitivamente boca abajo, la campaña electoral 2015 ingresará en los próximos días en su etapa decisiva, con una primera fecha clave prevista para el 10 de junio próximo, cuando cerrará el plazo para la presentación de alianzas.
Debería saberse entonces, por ejemplo, si finalmente Mauricio Macri, cada vez más fortalecido tras las primarias porteñas, y Sergio Massa, que lanzó con bombos y platillos su precandidatura presidencial, pero pierde impulso en las encuestas, unirán fuerzas para enfrentar en las urnas al kirchnerismo.
En este sentido, si bien los colaboradores más cercanos al líder del Frente Renovador juran y perjuran que su postulación se mantiene firme y que no se bajará, en el segundo círculo concéntrico no están tan seguros.
Según pudo averiguar Agencia Noticias Argentinas, sostienen que los reveses de las últimas semanas, como la pérdida del peronista Carlos Reutemann y el posible cambio de rumbo del radical Gerardo Morales, a quien Macri también espera con la bandera a cuadros en la mano, junto con la espantosa cosecha de votos en las primarias porteñas, obligan al menos a discutir una vez más la estrategia y delimitar el campo de juego (nacional o provincial) antes de las definiciones de junio.
Ocurre que el mes que viene, el 22, vence también el plazo para la presentación de candidaturas, por lo que el "tic tac" de la cuenta regresiva apremia especialmente a Massa por estos días, viendo que pierde respaldo y terreno también en las encuestas.
La estrategia PRO
Macri insiste en que no está dispuesto a acordar con él, pero quizá la estrategia del actual jefe de Gobierno porteño consista en dejar que el ex intendente de Tigre siga navegando en soledad, sabiendo que si naufragan sus aspiraciones presidenciales, bajaría a jugar en la Provincia.
En ese caso, Massa sí podría convertirse en un hueso duro de roer para el oficialismo en territorio bonaerense, donde ya supo quebrarle la muñeca al kirchnerismo hace un par de años y sería visto ahora como un sólido pretendiente al sillón de Gobernador que ocupa actualmente Daniel Scioli.
El mismo calendario electoral rige para las elecciones en la Nación y en la Provincia, donde el Frente para la Victoria (FpV) acumula más de una decena de precandidatos, antes de que comience, según se espera, un proceso de depuración.
En esa nómina, por el momento, se inscriben el actual vicegobernador Gabriel Mariotto, el "Chino" Fernando Navarro, Carlos Castagneto, Fernando Espinoza, Santiago Montoya (el más sciolista de todos), Diego Bossio, Patricio Mussi, Julián Domínguez, Sergio Berni, Martín Insaurralde y Aníbal Fernández, que en los próximos días confirmará su decisión de cruzar la avenida General Paz.
Así las cosas, es muy probable que Mussi y Domínguez vayan juntos a las PASO —"Nos complementamos muy bien", aseguró el legislador— y que Berni termine siendo el compañero de fórmula de Bossio.
Hasta ahora ninguno se baja, pero armadores del kirchnerismo entienden que sería ideal poder aunar esfuerzos y confluir en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias con tres precandidatos a Presidente (¿Scioli, Florencio Randazzo y Sergio Urribarri?) y no más de tres también a Gobernador de la populosa provincia de Buenos Aires, que concentra al 38 por ciento del padrón electoral.
Con ese criterio, varios correrían riesgo de quedar en el camino, incluyendo a Jorge Taiana y al actual ministro de Defensa, Agustín Rossi, entre quienes aspiran a sentarse en el sillón presidencial en la Casa Rosada.
Rumbo a la polarización
Cualquier movimiento, tanto en filas del massismo como en tropas kirchneristas, ayudaría a intensificar el clima de polarización en el que parecen estar sumergidos Macri y Scioli con vistas a las elecciones.
A propósito de uno y otro, el líder del PRO aún debe anunciar quién lo acompañará en la fórmula, con el actual presidente del Banco Ciudad, Rogelio Frigerio, como el hombre del que todos hablan en el seno del macrismo. Reutemann también suena y un "tapado" podría ser el secretario general del Gobierno porteño, Marcos Peña.
Scioli, por su parte, resignaría la pretensión de elegir a su vicepresidente y armar las listas de candidatos a legisladores en la provincia de Buenos Aires a cambio de la esperada bendición de parte de la presidenta Cristina Kirchner.
La "jefa" y sus estrechos colaboradores se encargarían de echar a girar la ruleta rusa de nombres y cargos, por más que Scioli los mire de reojo tomando en cuenta las fallidas designaciones de Julio Cobos, Amado Boudou o el mismísimo Insaurralde, que coqueteó con Massa, pero finalmente (¿viendo las encuestas?) optó por quedarse en el FpV, aunque no es bienvenido en casa.
De todos modos, en el sciolismo algunos fantasean con la posibilidad de que el Gobernador acepte la compañía de los camporistas Axel Kicillof o eventualmente de Wado de Pedro en la fórmula, pero comience luego a tomar distancia del núcleo duro del kirchnerismo, sobre todo después de las PASO, para ¿terminar hablando más de cambio que de continuidad?
Massa, que viene de lanzarse en el estadio José Amalfitani del club Vélez Sarsfield ante una multitud, también tiene que anunciar su vice, aunque después de haber perdido a Reutemann, son pocos los que miran mucho más allá de Roberto Lavagna.