Sueño con candidatos y precandidatos que hablen —sin medias tintas— de inseguridad. De crímenes y criminales. De cárceles y penas.
Sueño con candidatos y precandidatos que formulen propuestas claras y concretas —sin eufemismos— respecto de sus proyectos en materia criminal. Sobre qué harían, si accediesen al poder, con el Sistema Penal del Estado, o el aparato represivo, o con las agencias del poder punitivo, o la terminología que quieran utilizar o la que sus asesores de imágen le impongan...
Sueño con candidatos y precandidatos que reconozcan —sin desviarse por tangentes o colectoras— la olímpica derrota frente al avance del narcotráfico y del consumo masivo de estupefacientes en la República Argentina. Que asuman la directísima relación entre droga y aumento del delito e incremento de la violencia en casi todas las formas de comisión criminal.
Sueño con candidatos y precandidatos que propongan —al menos— un esbozo de plan para combatir éste y otros crímenes organizados, como la trata de personas, el contrabando, la piratería del asfalto, la venta ilegal de armas, etc.
Sueño con candidatos y precandidatos que discutan abiertamente sobre el rol de la pena privativa de libertad, sobre la necesidad de un replanteo de las políticas penitenciarias, sobre la construcción de nuevas unidades y alcaidías, sobre el trabajo de los internos, etc.
Sueño con candidatos y precandidatos que debatan acerca de la desaparición de estadísticas criminales serias y confiables, pero, necesarias e imperativas para la construcción de cualquier política criminal duradera.
Sueño con candidatos y precandidatos que no teman discutir sobre el delito protagonizado por menores de edad —o niños en conflicto con la ley penal— Sobre la edad de imputabilidad. Sobre el régimen penal juvenil.
Sueño con candidatos y precandidatos que fijen postura respecto de las fuerzas policiales y de seguridad como auxiliares de la Justicia y del Ministerio Público. Que expliquen a la ciudadanía sus planes de capacitación, de reconocimiento y de control a los efectivos.
Sueño con candidatos y precandidatos que hablen sobre inteligencia criminal y sobre espionaje ilegal. Sobre qué postura adoptarán frente al fisgoneo estatal a políticos, periodistas, empresarios, sindicalistas, estudiantes... Es decir, frente a esa frenética actividad del Estado, negada pero real, multimillonaria pero de nivel de peluquería o de mesa de bar.
Sueño con candidatos y precandidatos que hablen sobre el catecismo laico-obligatorio instaurado en Facultades de Derecho, Escuelas de postgrado, Consejos de la Magistratura, etc., denominado “abolicionismo”... Único discurso jurídico-penal para “triunfar” en el mundo del Derecho Penal Argentino.
Sueño con candidatos y precandidatos que eliminen para siempre el insulto a nuestra humilde inteligencia, cuando nos hablan de “sensación de inseguridad” o de “descenso de los índices delictivos”...
Hoy tengo un sueño... ¡Ojalá me despierte y se convierta en realidad!
Marcelo Carlos Romero
Fiscal de La Plata/Miembro de Usina de Justicia
Especial para Tribuna de Periodistas