Acceder al feed de los comentarios de este artículo
Comenzamos este año con el asesinato de un Fiscal, y dijimos en aquel entonces que el gobierno nacional había generado un clima propicio para ese crimen, pues no protegía a los fiscales, sino que los difamaba, los perseguía, los suspendía sin motivo, entre otras tantas maniobras orquestadas desde la Procuración General de la Nación, y por expreso pedido presidencial.
Idéntica conducta persecutoria y difamatoria sigue el gobierno respecto de los opositores, y hasta Scioli –quien accedió a su candidatura desde la moderación- ahora se jacta de tener “identificados” a quienes lo critican en las redes sociales.
En este contexto intimidatorio, hace pocas horas, con tan solo 22 años, murió Ariel Velázquez, un joven militante radical baleado por el régimen jujeño que lideran, con doble comando, el Gobernador Fellner y la dirigente ultrakirchnerista Milagro Sala.
Otra vez el gobierno nacional contradice su discurso en los hechos: ¿no era el kirchnerismo quien venía a incorporar la juventud a la política? Extraña forma de hacerlo, matando a jóvenes militantes.
Allí, en Jujuy, donde ocurrió el hecho que enluta a la democracia, la Unión Cívica Radical tiene serias aspiraciones de acceder a la gobernación, cuestión que, sin lugar a dudas, ha puesto nerviosos a dirigentes acostumbrados a la ilegalidad y a imponer su voluntad por medio de la violencia.
Ariel Velázquez luchaba por la libertad, por la democracia, por la justicia, por la república, por la limpieza electoral, en fin, por los históricos valores de su partido. Y pese a las amenazas que le propinara el kirchnerismo de su provincia, siguió luchando. Con los años, de haber podido continuar con su lucha, quizá hubiera podido convertirse en uno de los tantos próceres que el radicalismo dio a nuestro país. Lamentablemente, su temprana y violenta muerte lo convirtió en mártir.
Ariel Velázquez ya nos brindó todo. Nada más puede hacer. Es hora de preguntarnos qué vamos a hacer nosotros, y que lo hagamos en pacíficamente, pero con la mayor determinación.
