Aparentemente, la etapa "zen" de Mauricio Macri, parece haber llegado a su fin. Tras lo hechos claramente extorsivos generados por la oposición, el sindicalismo y la mayoría de organizaciones sociales, Macri reaccionó y le dijo a su gabinete, textualmente: "O los mafiosos van presos o nos voltean".
Marzo va a ser un mes difícil decían oficialistas y opositores, allá por febrero. Y vaya que lo fue. Las marchas/protestas de los docentes del 6 de marzo, el 7 de la CGT, y el 8 de las mujeres lo hacían prever. A esto le debemos agregar los constantes cortes y piketes de las organizaciones sociales, más el paro de los maestros, finalizando con la huelga general del jueves 6 de abril.
Siempre que haya una acción, habrá una reacción, y la hubo. La gente, en su inmensa mayoría reaccionó. Reaccionó el 1 de abril demostrándole a la oposición que no queremos más una oposición destructiva y golpista, que es lo que están haciendo. La gente, en su gran mayoría reaccionó, y eso lo percibió el Gobierno, y en su última reunión de gabinete instó a sus ministros a combatir las mafias y la corrupción, al enfatizar que la gente "votó por el cambio, aunque nos cueste las elecciones".
Según declaraciones de algunos funcionarios, el jefe de Estado, les pidió a su equipo de colaboradores "ir a fondo" y que sus ministros deben "conducir para remover los obstáculos que intentan frenar el cambio" y que quienes no quieren el cambio son "mafias que quieren privilegios" en el marco "de la corrupción". Pero su definición más fuerte fuerte: "O los mafiosos van presos o nos voltean". Esa sola frase resume toda la realidad política argentina, así de simple.
Y todo quedó bastante claro, y demostrado, el día del paro decretado por la CGT y apoyado por la CTA y los partidos de izquierda. La población, mayoritariamente no solo no se adhirió a la medida de fuerza, sino que además la considera innecesaria y extorsiva.
Según datos que surgen de una encuesta realizada por la consultora Quiddity, sobre más de 1.500 casos a nivel nacional, más de la mitad de los argentinos considera que el Gobierno carece de un plan económico y que improvisa sobre la marcha. Sin embargo, la aprobación de la gestión de Mauricio Macri aumentó gradualmente en los últimos dos meses y hay más gente con expectativas positivas sobre el futuro.
Además, el estudio determinó que "La intensa actividad política de las últimas semanas favoreció al gobierno nacional", y que en la semana del paro nacional de la CGT contra el Gobierno, la mayoría de los entrevistados para este sondeo rechazó la huelga. También se opuso a los sindicatos enfrentados a la gobernadora María Eugenia Vidal por la paritaria docente.
Sin embargo, todos estos hechos, no determinan un buen resultado para Mauricio Macri, ya que el 54% de la población sostuvo que el Gobierno estuvo por debajo de las expectativas generadas al inicio del mandato.
La oposición, tampoco atraviesa un buen momento. Con las excepciones del ex ministro del Interior Florencio Randazzo y de la diputada nacional Margarita Stolbizer –los dos registraron aumentos en su aprobación–, los demás vieron incrementada su imagen negativa en detrimento de la positiva.
En el caso de Cristina Kirchner, en sólo dos meses la percepción crítica hacia ella creció cinco puntos. La de Daniel Scioli aumentó aún más.
El líder del Frente Renovador, Sergio Massa registró, por primera vez, más rechazo que aceptación.
En definitiva, como podemos observar, la actitud destructiva de la oposición no conduce a nada, pero lo más importante es que Macri reaccionó y finalmente se dio cuenta de que son ellos o los otros: matar o morir.