Treinta y cuatro años de democracia y nadie pudo, hasta ahora, ponerle el cascabel al gato laboral. El alterado electrocardiograma del trabajo, lógicamente más alterado en las cíclicas crisis que sufrió el país en estas casi tres décadas y media, sigue mostrando los clásicos dramas que afectan a millones de trabajadores.
Desempleo, subempleo y trabajo en negro son enfermedades para las cuales los sucesivos gobiernos han apelado a los mismos remedios, sin poder evitar que esos males generaran rápidamente los anticuerpos que los mantienen latentes.
Unas de las pócimas favoritas de las administraciones han sido la flexibilidad de las leyes para contratar y despedir trabajadores en diversas versiones y con denominaciones eufemísticas y beneficios tributarios para el sector patronal, a sabiendas de que el empleo no se genera por ley sino por obra y gracia de una economía en expansión y floreciente.
Desde el gobierno de Raúl Alfonsín, que inauguró esta nueva e inoxidable etapa democrática, hasta la actual Administración de Mauricio Macri, no han concebido otros caminos.
Quien más ha logrado en materia de laxitud de las leyes fue Carlos Menem, quien no solo rompió paradigmas históricos en esa materia sino, además, demolió esquemas tradicionales en otras áreas relacionadas directamente con los trabajadores, como las jubilaciones y las obras sociales.
Así, estableció el retiro privado y la libre elección de los entes prestadores de salud sindicales con la participación de la medicina privada prepaga.
Las administraciones sucesivas le pusieron su impronta y el kirchnerismo dispuso la vuelta del Estado al manejo del sistema previsional, aunque de manera discrecional, arbitraria y direccionada políticamente.
Ahora, el Gobierno de Macri, siguiendo la tradición, mete mano en el sistema jubilatorio con el argumento de la necesidad de fondear el régimen -en rigor desequilibrado y desfinanciado-, aunque con evitables rasgos de iniquidad.
En la salud está también circulando por complicados meandros, pero sin internarse en aguas peligrosas también surcadas por expertos navegantes -los sindicalistas-, como son las de las obras sociales.
Estos mares siempre bravíos son los que en ningún momento deben tener oleaje amenazante, ya que allí pueden desarrollarse siempre fructíferas negociaciones con los jefes gremiales en momentos críticos.
Mientras no les toquen la quintaesencia de su poder, los capos de los sindicatos pueden allanarse a conceder.
Y la llamada reforma laboral anunciada inicialmente con toda pompa anda cerca de las aguas de borrajas. Los cambios pretendidos por el Gobierno macrista incluían una ambiciosa batería de casi un centenar y medio de puntos, pero esa enorme cifra podría diluirse drásticamente.
No solo porque significaría lisa y llanamente cambiar prácticamente toda una ley laboral, sino porque ya se tiene casi la certeza de que fue materia de negociación e intercambio por la reforma previsional.
Además, en paralelo siguen avanzando las modificaciones convencionales por actividades.
Un dirigente de un sector que está en una etapa de prosperidad y con buena sintonía con el gobierno, el mecánico Ricardo Pignanelli, ya avisó que habiendo convenios colectivos de trabajo no es necesaria semejante reforma y arriesgó que de los cambios planteados podrían quedar cuatro o cinco puntos solamente.
Todas las modificaciones y el aggiornamiento en materia laboral pueden hacerse a través de los convenios, insistió el Jefe del SMATA, un gremio que justamente está a la vanguardia en materia de modernización y actualización por las características de su actividad específica.
Igualmente, por estas horas los dirigentes sindicales que toman las decisiones importantes analizan puntillosamente estas cuestiones y los avances, frenos y retrocesos del gobierno, e incluso del peronismo en el ámbito legislativo, con las iniciativas que atañen al sector trabajador pero, sobre todo, rozan los intereses gremiales.
Más de una vez las cosas, hasta por efecto de la costumbre, toman un estado inercial.
Pero también muchas veces, en paralelo, la realidad suele estar enmascarada.
NO ES TAN IMPOSIBLE DE RESOLVER, EN 1972 HABÍA UN 6 % DE DESEMPLEO, luego tras el endeudamiento externo de 1976 en adelante, llegamos en el 2001 al 24 % de desempleo. El Kirchnerismo lo bajó nuevamente al 6 % u 8 % según consultoras privada. Con el Macrismo llega nuevamente a 2 dígitos y esto provocado para firmar paritarias a la baja.No necesariamente una flexibilización laboral va a traer mayor empleo, Ya lo vimos en los 90 y principio del 2000, que pese a la flexibilización laboral no hubo mayor empleo.
Dado que el autor pregunta porque “Desempleo, subempleo y trabajo en negro: por qué son temas imposibles de resolver” y no da la respuesta es menester que nosotros los lectores lo hagamos: La razón es simple y lapidaria: Los recursos son escasos en toda economía. No hay en el universo de todo para todos. La infografía nos muestra cuatro políticos, que salvo el cuarto, jamás han hecho en su vida nada mas que política. O sea el pueblo les ha puesto en su piquito el sustento. Ya es discutible que haya trabajo en blanco, sino con el fin de transferir sudor del trabajadores a corporaciones de dudosa eficacia para el sudoroso. Pero aun asi no veo porque el trabajo en negro es denigrado, como si fuera la esclavitud. Veamos un simplisimo ejemplo: Debo reparar la plomería de casa. Pido presupuesto y recibo ofertas mas o menos equivalentes. Las evaluo y veo que no puedo pagarlas, asi que me debo conformar con el statu quo de mi plomería defectuosa. Pero me preguntan: Ud. Quiere factura? Digo ¿Qué? Me dicen entonces puede sacar 45% del importe. Recalculo y digo hecho puedo hacerlo. Digamos que el 45% es el ESTADO SOCIO y la zanganería sindical. Obviamente el PBI no puede ser computado, porque la facturita no va al balance. Pero el PBI REAL (riqueza) creció exactamente en el importe del valor pagado. Conclusion no es que el Estado quiera trabajo en blanco por el bien de sus ciudadanos sino porque no puede “currar”. Ahora salen los demócratas a decirme, bueno ok, pero entonces no te damos seguridad, justicia,salud etc.. Y el pobre argento que sabe que eso no existe, que solo es declamación política continua a bajar el lomo. Politica que se retroalimenta asimismo con todo tipo de estupideces como el proyecto de la paridad parlamentaria(hobres=mujeres) o la declaración del dia del Cuarteto. Eso por un lado, por el otro por definición “todos los políticos son keynesianos” que inoculo al mundo con sus teorías aberrantes. Keynes nos dice que:” En condiciones de equilibrio que el mercado alcanza, permanece una condición conjunta de “desocupación involuntaria” que no alcanzaría a disminuir, o disminuir a largo plazo ni siquiera si los individuos aceptasen trabajar por salarios menores” O sea como el mercado no puede ahora el Estado puede. Por tanto para corregir la “involuntaria desocupación” se deben influenciar el consumo via expansión monetaria, y aumentar el gasto inclusive a déficit. El milagro ha sido realizado. Los recursos del mundo escasos, por ley no son mas escasos, podemos consumir lo que no hemos producido!!!! y tener déficit. Justo lo que quieren los políticos. Pero todo hay que hacerlo institucionalmente nos dicen nada de violencia. Claro esta, es como decirle a la monarquía francesa del XVIII que no le ibamos a hacer una revolución si el rey no se dejaba de joder en Versailles.
El título original del artículo no era el publicado en este sitio, sino "La realidad enmascarada". La nota pretende hacer una somera descripción comparativa para demostrar que nada ha cambiado y que es posible que nada cambie, y que la realidad puede enmascararse a gusto y placer según las necesidades e intereses políticos. Muchas Gracias. Atentamente. Luis Tarullo. PD: la foto que se publica no corresponde a mi persona. Por tal motivo solicito que dejen de publicarla. Luis Tarullo
Gracias al Dr. Raul Alfonsin (mas zurdo que Radical) y luego con Menem, dejamos de tener hipotesis de conflicto, dejamos de tener FFAA. Ver las reformas a la ley Defensa Nacional. Para colmo el zurdaje envalentonado, se alio con las feministas oportunistas y ni una menos, para revolver el avispero, cuando se sabe que las muertes de mujeres son en el año no mas 500/550 y la de los hombres unas 2800/3000. Pero las guachas quieren libre aborto y que lo pague el Estado y por eso se movilizan. La retardada mayor jubilo a 3.500.000 de personas que no podian jubilarse por falta de aportes, y si sumamos los 1.500.000 empleados publicos que crecieron triplicando los indices tenemos el combo perfecto para que el gasto no nos deje crecer. Nadie pondra un peso con los servicios sindicales que tenemos, muchos caciques y pocos indios, hay plantas que tienen un encargado cada 10 obreros. Todo esto viene gracias a JDPeron y su decadencia. Hace mas de 70 años que no salimos del socialismo-peronista. Macri con su "reparacion historica " y la nueva propuesta, quedo como un caradura de 1ra. A pesar de todo lo vote y seguire votando para que el Pais no se vuelva Cuba o Venezuela, si vuelve la retardada mayor al poder.
"Una de ellas es permitir que empleadores y trabajadores acuerden reglas al interior de las empresas que contribuyan a cuidar los empleos" Muy cierto Alemania lo ha hecho con mucho éxito. Eso sirve en el tiempo de crisis, una vez superada dicha crisis, hay que volver a asegurar a que el trabajador, el empleado, tenga un salario digno, que le "permita progresar" Y no como en Alemania que una vez recuperada sigue atada a esa "regulación flexible"que hace rato debió cambiarse, para que las las clase media y baja no pierdan terreno. Pero acá, como bien dice TdP, en otra nota: ... el Congreso Nacional, lamentablemente:.. "ha demostrado ser incapaz de avanzar en modernizar las regulaciones laborales... Frente a las urgencias que imponen la crisis apremia buscar soluciones más simples e innovadoras"....