Por primera vez, el ministro de defensa, Oscar Aguad, tuvo una reunión con los amigos y familiares de los tripulantes del submarino ARA San Juan, donde fue increpado y fuertemente criticado.
Uno de los familiares, ásperamente resaltó “estas personas hablan sin dar expectativas, porque no sale de su boca la palabra ‘rescate’, siguen con la palabra ‘búsqueda’, nosotros exigimos rescate”.
Según lo mencionado por Aguad, “la esperanza es encontrarlos” pero la hermana de uno de los tripulantes lo retrucó y enfatizó: “Usted utiliza mal la palabra ‘esperanza’, si usted la separa, viene la palabra ‘esperar’, y esperar trae desolación, angustia. Es la fe, la fe que tenemos todos que los que están ahí están vivos”.
Esa frase termino por llevarme a una pregunta, ¿Es correcto que los allegados a los tripulantes sigan teniendo fe de encontrarlos con vida?
Recordemos el caso del submarino ruso Kursk, donde 118 tripulantes murieron y donde almenos 23 de ellos agonizaron sin luz y con el oxígeno agotándose.
Lo que pasó en el año 2000 con el submarino ruso fue muy similar a los que pasó con el submarino argentino, el navío explotó pero vale resaltar que no todos los que se encontraban en su interior fallecieron en el momento, almenos 23 de ellos estuvieron permanecieron con vida y podrían haber sido rescatados.
En una nota encontrada luego en ese submarino se podía leer: “ninguno de nosotros puede salir a la superficie. Estoy escribiendo a ciegas”.
Boris Kuznetsov, quien fuera el representante legal de la familia de 55 de los fallecidos, asegura que la versión de que los marineros murieron tan solo ocho horas después por falta de oxígeno es una falsificación del Gobierno para no admitir que los dejo abandonados.
Lo cual responde la pregunta, la fe nunca debería perderse, siempre existe la posibilidad de que aparezcan con vida, almenos algunos de ellos, por lo que no se puede asegurar nada.