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Cayó el capo del juego clandestino, denunciado por TDP

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Fin de la impunidad para "El Lujanero"
Fin de la impunidad para “El Lujanero”

Dicen que la justicia siempre llega, tarde o temprano, pero llega. Ciertamente, no siempre es así, aunque en casos puntuales ello sucede y permite que esa frase siga reproduciéndose cual verdad revelada.

 

En las últimas horas, se dio algo de ello, luego de que capturaran al tipo más relevante en lo que a juego ilegal respecta. Se trata de Roberto Laffont, alias "El Lujanero", quien se desempeña en el mundo del delito desde que tenía 18 años —hoy ostenta 71—, dato reconocido por él mismo.

Su existencia siempre fue un secreto a voces, pero pocos se han animado a mencionarlo, más que nada por la reputación que supo construir al paso de los años. Basta mencionar que algunos de los que lo han señalado sufrieron oportunos y “casuales” accidentes, de relativa gravedad.

Gracias a esos antecedentes, Laffont logró pasar desapercibido en lo referido a sus “negocios”, siempre ilegales.

Uno de los pocos medios que se animó a contar sus desaguisados fue Tribuna de Periodistas, a través de una nota de investigación firmada por quien escribe estas líneas.

Allí se explicó cómo se manejaba el “Lujanero”, dónde tenía sus centros operativos e incluso qué empresas utilizaba como pantalla para blanquear el gran caudal de dinero generado por él.

También se mencionaron sus contactos en la política, que le garantizaron impunidad a lo largo de las últimas décadas.

“(Laffont) es dueño de cuatro agencias hípicas, en Mercedes, Morón, Moreno y Bahía Blanca. Pero no es todo: el Lujanero tiene su propio lugar, el Club Español, donde muchos referentes de la política suelen ir a jugar al póker. Oportunamente, lo hacía el valijero K Leonardo Fariña”, se reveló.

Y se añadió que “allí también solía recalar el hoy intendente de Morón, Ramiro Tagliaferro, a la sazón exmarido de la gobernadora María Eugenia Vidal, junto con su mano derecha, Diego Martín Llaneza y Quino Duyhailo, hijo del dueño de los lugares emblemáticos de la zona oeste: el bingo Morón y el boliche Eros”.

Como se dijo, en las últimas horas a Laffont le tocó perder: “El operativo fue resultado de una investigación realizada por la División Análisis Delictivo de la Información de la Policía de la Ciudad a pedido de la fiscal de Berazategui María de los Ángeles Attarian y el juez de Garantías de Quilmes Alejandro Mora”, de acuerdo a la crónica de diario La Nación.

Por ahora, solo fueron por sus “empleados” y negocios. Habrá que ver si, de la misma manera, los investigadores se atreven a avanzar sobre sus contactos políticos.

 
 

6 comentarios Dejá tu comentario

  1. Hay un error, el que iba a jugar al Club Español de Luján y era habitué, era Mario Pontaquarto, alias: "patotuerto", el falso "arrepentido" de los falsos sobornos en el Senado. falso "valijero" en ese "operativo rumor" pergeñado por los peronchos a principios del "gobierno" del aburrido de la Rúa para sacarle a éste las ínfulas anticorrupción con las que había asumido, por las que ya tenía en la mira a rucucu Ruckauf por sus chanchullos como presidente del Senado durante el 2do. mandato del cotur, y al zobeca Duhalde, por los del BAPRO. Ese "operativo" fue un éxito y logró debilitar de entrada al ya débil "gobierno" de la Alianza. Recién en 2013 en el juicio oral correspondiente quedó táxativamente probado que esos sobornos NO HABÍAN EXISTIDO, y que los K("bigote chico" Fernández, Ibarrita y el hijo del profesor Bravo) le habían pagado a Pontaquarto para que se "arrepintiera". En los pueblos de la provincia de Buenos Aires el llamado "juego clandestino" es un clásico de esas sociedades, y siempre ha contado con "la protección policial". El juego oficial(casinos, bingos, quiniela oficial y otros juegos) lo fueron debilitando, aunque todavía conserva una cierta fortaleza. La policía justifica esa "colaboración" en que el "juego clandestino" les proveía informantes eficaces, lo cual es cierto, pero la verdadera razón obvio, son las cometas.

  2. Al parecer esta temible banda operaba en cuartos secretos de una amplia red de clubes de barrio y sociedades de fomento. En los salones sociales los pebetes juegan en los metegoles de madera y los muchachitos más avispados despuntan sus primeras armas en el billargol. Nada es tan inocente como parece. Según las declaraciones de algunos testigos protegidos, detrás de los salones habría cuartos secretos donde maleantes de muy diversa calaña se dedican nada menos que al escolaso. Dichos antros de perdición se esconden de la vista de todos pasando por un pasillo junto al mostrador. Los mismos informantes han declarado que se practican actividades inmorales que ensalzan la codicia y las malas costumbres como el chichón con enganche, el tute, la brisca por plata, y la lotería de cartones. Cabe mencionar que además se ha detectado una red de reclutamiento temprano mediante el adoctrinamiento en prácticas tan insidiosas como casita robada y escoba de quince entre los más gurises. Han solicitado colaboración del FBI y la DEA para esclarecer versiones sobre la posible existencia de una red de apuestas clandestinas en carreras de caballos y hasta quiniela clandestina, como también el hallazgo de gofio adulterado con semolín.

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