Hace cuatro años, una noticia pasó casi desapercibida para la prensa nacional e internacional.
Sorpresivamente, aparecieron ocultos cientos de millones de euros en las cuentas del Vaticano.
El mini-Estado que se erige en el centro histórico de Roma estaba en ruinas a la hora de la salida de Benedicto XVI pero, de manera increíble, se volvió rico y supeavitario con la llegada de Francisco al trono de Pedro.
El responsable de la economía de la Santa Sede, el cardenal australiano George Pell, reveló por entonces casi con estupor que "la situación es mucho más saludable de lo que parecía".
Habló vagamente de “cientos de millones de euros”, como si se tratara de una cifra menor. ¿Cuántos son cientos de millones: 200, 400, 600?
Todo es oscuro en un sistema contable que es capaz de “extraviar” semejantes fortunas.
Los fantasmas retornaban una vez más a una institución que tuvo que lidiar en los últimos años con:
-El escándalo del Banco Ambrosiano.
-El supuesto suicidio del empresario Roberto Calvi (apodado como “el banquero de Dios”).
-Las andanzas del todopoderoso arzobispo norteamericano Paul Marcinkus.
-La negativa del GAFI a auditar al Banco Vaticano, sindicado como “lavador” de dinero de distintas mafias.
-El encarcelamiento del secretario del Papa alemán Joseph Ratzinger.
¿Pueden aparecer en el corto plazo denuncias aún más graves?
Ayer, en Venezuela, se conoció una noticia que podría conmover las sólidas columnas que sostienen a la Basílica de San Pedro.
Al grito de “díganle al Papa que venga a Venezuela”, unos veinte mil feligreses congregados en un estadio Universitario le pidieron a un enviado de la Santa Sede, el cardenal Angelo Amato, la intercesión del Sumo Pontífice en la catástrofe humanitaria que vive el país.
Sin embargo, el citado Amato tenía otros intereses protocolares: aprovechó su estada en Caracas para dispensar una visita de cortesía al dictador Nicolás Maduro.
Bergoglio se ha opuesto una y otra vez a que la cúpula Católica oficie como mediadora entre el chavismo y la oposición venezolana.
¿Cuál es la novedad que podría golpear una vez más la credibilidad de la Iglesia? Investigaciones basadas en reportes bancarios provenientes desde el citado país caribeño aseguran que el chavismo habría llevado fortunas al llamado Banco Vaticano y, por ello, el Sumo Pontífice argentino se niega sistemáticamente a viajar a Caracas o a involucrarse en una posible salida de la actual tragedia.
Ya viajó desde 2013 a Brasil, Chile, Ecuador, Perú, Bolivia y Colombia. Sin embargo, se niega una y otra vez a volar hacia la atribulada geografía dominada por el chavismo.
Lo propio hace con su propia tierra natal, donde un ex Secretario de Estado tenía como costumbre revolear por las madrugadas millones de dólares sobre las puertas de ingreso a un convento católico.