La gran pregunta de estos días es la más sencilla de todas. ¿Hasta cuándo nos va a seguir mintiendo Cristina? ¿Cuándo va a ir presa de una buena vez? ¿Qué pretende al burlarse y mojarle la oreja al pueblo después de haber sido la jefa de la asociación ilícita más grande de la historia democrática argentina destinada a saquear al estado? No hay antecedentes de un matrimonio como el de Néstor y Cristina que haya cometido tantos delitos tan graves y en forma tan sistemática. Estamos hablando de colosales cataratas de dinero de coimas y extorsiones que se calcula representan algo así como 3 millones de dólares por día.
¿Escuchó bien? Esta gente nos robó 3 millones de dólares por día y el cálculo se queda muy corto porque fue hecho solamente sobre un porcentaje promedio de la obra pública.
Solo se estableció una cifra de lo que Julio de Vido con Roberto Baratta y Julio de Vido le llevaron a sus jefes. Pero falta computar lo que robaron Ricardo Jaime en transporte, Aníbal Fernández con la efedrina y el plan Quintas, Amado Boudou y Ciccone y Formosa, Milagro Sala y las casas populares que no están y la aduana del contrabando y la embajada paralela con los negociados con Venezuela. Y los cuentapropistas como el general Milani que está preso por violaciones a los derechos humanos y también por enriquecimiento ilícito. La lista es interminable. Hoy hay 45 personas detenidas vinculadas a algún hecho de corrupción del kirchnerismo.
Sin embargo Cristina insiste en su actitud negadora y fabuladora. Con todas las pruebas, testimonios, indicios, confesiones, arrepentidos la ex presidenta tiene la cara tan dura para decir que esto es una estrategia regional para proscribir a los dirigentes populares que sacaron millones de personas de la pobreza. Pregunta ¿Y porque nadie dice nada de Michelle Bachellet, que es chilena y socialista? ¿O del Pepe Mujica, que es uruguayo y socialista? ¿Sabe porque doctora? Porque son honestos y decentes. Porque a usted no la persiguen por ideología. ¿La persiguen por ladrona, por liderar el robo del siglo contra los argentinos más pobres? No la persiguen por su ideología.
Después nos intenta hacer creer que este mecanismo sucio y mafioso de la obra pública viene de la época de la dictadura y de los 90. Puede ser que en esos tiempos, también haya existido. Pero ahora Carlos Wagner confesó que la cartelización para los sobreprecios y los retornos que enriquecieron a todos y todas, fue liderada por Julio De Vido y que todo el dinero iba a parar primero a Néstor y luego a Cristina. A Olivos y al departamento en el que actualmente vive Cristina. Alguna vez también fueron directamente a la Casa Rosada y lo recibió Juan Manuel Abal Medina, su jefe de gabinete, doctora. Wagner no era del PRO ni Abal Medina del radicalismo. Ambos dijeron la verdad. Que toda la plata era para ustedes.
No era para Franco Macri o Nicolás Caputo o Angelo Calcaterra. Tal vez en otro momento eso ocurrió como usted dice. Pero ahora se están juzgando los más de 12 años de la cleptocracia de los pingüinos. Usted tiene que responder sobre eso. Rendir cuentas de cómo es posible que el secretario de Néstor, se haya comprado propiedades lujosas por 65 millones de dólares en Miami. Y es solo un dato de los miles de pruebas que hay del latrocinio gigantesco que ustedes cometieron.
Cristina cree que nos puede engañar con sus burdas mentiras. La patria contratista existió siempre. Eso es así. Pero ustedes la elevaron a la categoría de política de estado y multiplicaron las cifras del dinero negro hasta el paroxismo y la bulimia de poder propio y dinero ajeno.
Cristina perdió la vergüenza y la dignidad. Dice que los medios hegemónicos y el partido judicial actúan bajo las órdenes del presidente Macri. Así era durante su gobierno, doctora. Hoy la justicia actúa en forma independiente y hace lo que quiere. ¿O supone que Macri le dijo a Bonadío que arremeta contra su primo hermano? La abogada exitosa que nunca ganó un juicio pero lo perdió mil veces, denuncia que le armaron 6 causas penales y que 5 le tocaron a Bonadio. Dice que no es un milagro que es una decisión de la Corte Suprema de Justicia para instalar la figura del juez enemigo. Se siente víctima o finge ser víctima de una guerra jurídica que se desató sobre ella porque se dedicó en su gobierno a la ampliación de derechos.
Lo más bizarro y tragicómico de su defensa a través de Twitter es cuando dice textualmente: “Es ridículo y ofende la inteligencia, intentar hacernos creer que haya sido Néstor Kirchner quien organizó el sistema de cartelización”. Sería bueno que Cristina hable con Carlos Wagner y con todos los empresarios que confesaron pagar coimas aunque la quisieron hacer pasar como aportes de campaña. Ellos le van a decir que el Gerente de Coimas y Sobre precios era De Vido y que el presidente de la industria de la corrupción, el que se llevaba toda la rentabilidad. Era su ex esposo primero y usted después. Hay un meme tremendo que muestra a Cristina con una pala levantando pasto y tierra en un jardín. Alguien le dice: “¿Cristina está incursionando en la jardinería?”. No, dice ella. Estoy averiguando el saldo.
Carlos Wagner confirmó que ella estaba tan al tanto de todo que “conocía al detalle la marcha de la recaudación”.
Todo indica que el juez Claudio Bonadío va a procesar a Cristina. Y que le va a solicitar al Senado su desafuero para meterla presa. Ya lo hizo en la nefasta causa del tenebroso pacto que firmaron con Irán para proteger a los terroristas de estado que dinamitaron la AMIA.
Los muchachos kirchneristas quieren aparecer como presos políticos de una suerte de nueva Revolución Libertadora, concepto delirante imaginado por Horacio Verbitsky. El periodismo independiente anticipó todo esto con una rigurosidad milimétrica. En el colmo de las falsedades, la ex jefa de estado atacó el periodista Diego Cabot, el que disparó con su excelencia profesional toda esta última catarata informativa que deja a Cristina a las puertas de la cárcel. Cristina dijo que Cabot “armó un pequeño grupo de tareas con dos alumnos de la carrera de periodismo para analizar el supuesto material y volcarlo en un informe”. Cristina no para de engañarse a sí misma y de tratar de engañar a todos los argentinos. El trabajo profesional de Diego y los colegas que lo ayudaron va a ser recordado como uno de los más importantes de la historia y seguramente va a recibir todo tipo de premios internacionales. Fue de una prudencia republicana y de una minuciosidad informativa incomparable. Por eso desató una verdadera hecatombe en el poder político y económico que recién comienza.
La verdad, que es la única realidad, indica que todos los bolsos y las valijas conducen a Cristina. Y que ella era absolutamente la líder de esa orgía de dólares y euros sucios por la mega corrupción de estado.
Eduardo Costa, el senador de Santa Cruz trató de “criminal” a Cristina y pidió su desafuero y su expulsión del cuerpo por inhabilidad moral.
Estamos ante una situación grave que no registra antecedentes en democracia. Una maquinaria insaciable de la corrupción que dejó los dedos pegados por todos lados. No se preocuparon por ser prolijos porque se sentían impunes. Venían a quedarse por más de 20 años y a convertir este país en Venezuela.
Y como si esto fuera poco, hoy Cristina tuvo la bendición y el acompañamiento del Papa Francisco. Algo incomprensible. Insólito. Eduardo Valdes y Juan Grabois, los dos dirigentes más cercanos a Bergoglio estuvieron en los tribunales, codo a codo con Cristina y aseguraron que es inocente. Ellos niegan que el Papa se los haya pedido y dicen que fueron a título personal. ¿Qué otra cosa iban a decir? Pero este es otro de los escándalos. Porque una cosa es la opción por los pobres o las simpatías ideológicas y eso es polémico pero comprensible. Pero estar al lado de los corruptos es estar contra los decentes. Y ese es el peor de los mensajes. Nos obliga a poner el grito en el cielo.