A pesar de las graves denuncias contra ex funcionarios kirchneristas y dirigentes del peronismo, el Partido Justicialista realizó este jueves un plenario nacional en el que exhibió incorporaciones de provincias que no venían participando de la vida partidaria y se mostró compacto en la defensa de la ex presidenta Cristina Kirchner.
En el marco del tormentoso frente judicial vinculado al escándalo de los cuadernos, el peronismo buscó dar un mensaje de fortaleza y exhibió a los vicegobernadores de Tierra del Fuego, Juan Carlos Arcando; de Chaco, Daniel Capitanich; y de San Juan, Marcelo Lima; tres provincias que venían moviéndose en la órbita del Peronismo Federal y que ahora, tras el fin de la intervención, habrían saltado el cerco.
Por el contrario, Córdoba de Juan Schiaretti, Salta de Juan Manuel Urtubey, Entre Ríos de Gustavo Bordet y Tucumán de Juan Manzur continúan por fuera del frente que prepara el PJ Nacional en alianza con Unidad Ciudadana, la fuerza de Cristina Kirchner.
Por Entre Ríos, sí estuvo el ex gobernador Sergio Urribarri, quien tiene ganas de volver a gobernar su provincia con el impulso del kirchnerismo, pero se vería impedido porque la carta constitucional de la provincia impide un tercer mandato.
En la sede de Matheu 130 también se produjo el regreso del senador Adolfo Rodríguez Saá, quien a diferencia de su hermano Alberto, había dejado hace tiempo de ser un "habitué" de las reuniones en la tradicional casa del peronismo del barrio de Balvanera.
Además de Alberto Rodríguez Saá, la otra mandataria provincial presente fue Lucía Corpacci de Catamarca.
El intendente de General Roca, Martín Soria, quien pisa fuerte en las encuestas para ser el próximo candidato a gobernador de Río Negro, el ex gobernador de La Pampa, Rubén Marín, y el ex gobernador bonaerense y actual número dos del partido, Daniel Scioli, fueron otras presencias destacadas en el plenario que encabezó el presidente del PJ, José Luis Gioja.
Por autopreservación, por necesidad política o por afinidad, según cada caso, hubo una defensa férrea de Cristina Kirchner, a quien consideran blanco de una campaña de "persecución" permanente orquestada por el Gobierno y el juez Bonadio.
Gioja se despegó de la causa de los cuadernos y negó haber tenido información sobre movimientos irregulares de dinero durante el kirchnerismo, al afirmar que "si hubiera sabido, lo habría denunciado".