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Brasil, decime qué se vota

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Candidatos, panorama político y qué esperar frente al seguro ballotage entre Bolsonaro y Haddad.
Candidatos, panorama político y qué esperar frente al seguro ballotage entre Bolsonaro y Haddad.

Las elecciones presidenciales de este domingo en Brasil son presentadas como las más importantes desde el retorno a la democracia en 1985. Tienen lugar luego del declive económico iniciado en 2014, junto a una grave crisis política desde la destitución de Dilma Rousseff en 2016 y agravada por la sucesión de Michel Temer, quien apenas suma 3% de aprobación. Además, Lula continúa preso.

 

El escenario electoral pareciera mostrar la polarización política entre dos alternativas: Jaír Bolsonaro o Fernando Haddad, la derecha o la izquierda. El diputado conservador promete “cambiar el destino de Brasil” bloqueando el regreso al poder del PT y de todo cuadro político cercano a Lula, a quien personalmente se ha encargado de denunciar y liderar el pedido de su encarcelamiento. Haddad, por su parte, busca devolver “la alegría al pueblo” brasileño de los años lulistas de crecimiento económico y de gran expansión de la clase media. La difícil tarea del candidato petista en este último mes ha sido generar el conocimiento de la mayoría del electorado que desconocía su figura, hasta el momento eclipsada detrás del liderazgo de Lula.

Detrás de estas dos alternativas, Ciro Gomes, Geraldo Alckmin y Marina Silva buscan atraer a los menos radicalizados y al 30% del electorado que aún se muestra indeciso frente a los últimos sondeos de opinión. Salvando las diferencias políticas entre Gomes -laborista, de centro izquierda-, Alckmin -hombre de Temer y del sector financiero paulista- y Silva -ex PT, ecologista, crítica de la corrupción y cercana a los evangelistas-, los tres se presentan como capaces de reunificar un Brasil profundamente dividido. Ninguno de ellos tiene serias chances de alcanzar el ballotage.

La realidad indica que nadie alcanzaría el 50% de los votos válidos que la Constitución brasileña exige como condición para ganar en primera vuelta, por lo que la elección se definiría el próximo 27 de octubre entre los dos principales candidatos. Datafolha difundió esta semana sus últimos estudios de intención de voto y sorprendió ver el repentino ascenso de Bolsonaro, que según algunos especialistas había alcanzado “su techo” apenas por debajo del 30% la semana pasada. Ahora, las encuestas de cara al domingo muestran al candidato por el PSL con un promedio de 38% de votos, mientras que Haddad descendió un punto hasta el 22%.

Hasta la semana pasada, Bolsonaro seguía internado y se había organizado una masiva campaña y movilización opositora en varias ciudades brasileñas en rechazo a sus lineamientos machistas, homofóbicos y de mano dura frente a la inseguridad. El movimiento #ElNo estuvo encabezado por mujeres y la candidata a vicepresidenta del PT, Manuela D’Avila, y buscó concientizar a los aún indecisos sobre lo que representa el ex militar en términos de regresión de derechos de igualdad y género. En principio, el resultado de esta iniciativa resultó favorable a Haddad.

 

Los mercados son optimistas con Bolsonaro

Pero varios medios de comunicación difundieron esta semana sondeos que muestran a un Bolsonaro revitalizado de cara a las elecciones del domingo. Las operaciones mediáticas están a la orden del día y no resulta sorprendente que luego de la difusión de esos estudios favorables al diputado, el índice bursátil Bovespa haya crecido y el real se haya apreciado frente al dólar.

Los mercados brasileños ven con desconfianza un triunfo de Haddad y el regreso al poder del PT y su lógica económica. Frente a lo incierto que resulta la figura de Bolsonaro, destacan que su propuesta económica es la más atractiva para el sector empresario y financiero. Desde que asumió como diputado en 1990, su discurso económico proteccionista estaba en línea con sus ideas políticas nacionalistas y conservadoras. Pero delegó la estrategia económica de su plataforma electoral en Paulo Guedes, un economista liberal que propone un sistema de jubilaciones por capitalización y privatizar gran parte de empresas y bienes estatales para reducir la gran deuda pública que pesa sobre la administración federal brasileña.

 

Difícil predecir un resultado para Argentina-Brasil

Respecto al futuro de las relaciones entre ambos países, es difícil pronosticar alternativas claras ya que ni Bolsonaro ni Haddad han profundizado en sus campañas una plataforma de vínculo comercial y/o político hacia la región. En general, las campañas electorales en América Latina suelen relegar a un segundo plano la agenda internacional, y en esta oportunidad Brasil no fue la excepción.

Con escasa argumentación, Bolsonaro dijo ser un admirador de Donald Trump y destacó cómo el Presidente estadounidense prioriza los intereses de su país. El brasileño representa el nacionalismo característico de la corporación militar; y a pesar de que esto no dice mucho en términos políticos, es probable que Brasil busque mayor protagonismo comercial a costa de sus socios estratégicos regionales, entre ellos la Argentina.

Por su parte, Fernando Haddad al ser consultado sobre Macri dijo que son “amigos personales” de cuando eran alcaldes de San Pablo y Buenos Aires, respectivamente. Pero la relación del Gobierno nacional con el PT quedó trunca luego del rápido reconocimiento de la Argentina al gobierno de Temer tras la destitución de Dilma Rousseff. De hecho, Macri fue el primer presidente de la región que visitó a Temer en Brasilia.

En términos comerciales, la gran incertidumbre es cómo se posicionará el Mercosur frente a las negociaciones con la Unión Europea, teniendo en consideración la importancia de Brasil para este bloque regional (Agencia NP).

 

2 comentarios Dejá tu comentario

  1. Jair Bolsonaro neonazi y a punto de ganar las elecciones de Brasil. Esto es lo que pasa cuando se ataca a la democracia.

  2. Maria los neos no existen, se es o no; no hay neoliberales, o sos liberal o no. Otro tema, Si ser mal llamado Neo Nazi, es defender las buenas costumbres, el no a la matanza indiscriminada de niños por nacer, el orden natural de la vida: hombre y mujer, priviligiar la educación desde el hogar y la formación del sujeto para enfrentar el nuevo mundo laboral desde la escuela, entonces los brasileros todavía no han perdido el rumbo como sociedad, por eso será que Bolsonaro va a ganar, para desgracia de las izquierdas violentas, destructoras de la sociedad y su empobrecimiento. Veremos que resuelven, pero por de pronto, por lo que veo, es que han dicho "Con la familia NO" y eso es bueno. POr otro lado, solamente hay democrcia cuando gobiernan los populistas de izquierda, dejá de joder María, no hay gobierno en el mundo con las ideas que avizoro en cada participación tuya que adherís, que haya llevado a la grandeza de ese país, como ejemplo Cuba.

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