“Estás desorientado y no sabes que trole hay que tomar…”. Desencuentro, tango de A. Troilo y Catulo Castillo.
En los escaparates de venta ya está el alcohol, el tabaco y los hipno-sedantes; ahora faltaría la marihuana pero da la impresión que la marihuana ya está en las góndolas de la post-modernidad actual: Canadá, varios Estados de U.S.A., Uruguay, Holanda. Ahora deberá caer el mundo hispano parlante .En ese aspecto es fundamental España ya que después de eso toda América Latina espera. Luego por dictados del sistema nervioso seguirán el resto de las drogas ya que la marihuana es solo hoy un “aperitivo” para el consumidor de drogas. Por ahí se empieza y como se dice en el ambiente del rock nacional “la entrada es gratis…la salida no sabemos”.
El debate en ese país se ha instalado fuertemente; por un lado el espacio “Podemos” (grupo de izquierda favorecedora del auto-cultivo, los clubs de cánnabis y la producción en España de marihuana como elemento y venta en tiendas) y el liberalismo ultra de “Ciudadanos” que lo ve como una manera de recaudar impuestos .Del otro lado un débil partido gobernante del “PSOE” y el “PP” que mantienen, por ahora, una posición basada en el marco de Salud pública.
Los negocios son grandes y vivimos en una época dineraria; se aprestan cadenas de grandes laboratorios (ya actúan en Argentina a través de convenios provinciales), el “matrix-progre” (desde liberales hasta una izquierda “aggiornada” en el “gramcismo” cultural) y por supuesto los intereses narcos ya que aumentará la cadena de clientes y competirán con mejores precios. ¿Importa la Salud Pública?...parecería que no.
La realidad es que aumentan los impuestos, las enfermedades y los daños sociales como muestra lo que sucede en Colorado (Estado que permite la venta recreativa) donde los tributaristas se frotan las manos ya que los impuestos suben por las nubes pero al mismo tiempo aumentó el consumo un 70% entre los nativos de Colorado y los que viven en otros Estados en donde no se vende en tiendas (fuente Jama –revista de Psiquiatría americana-2017) y a su vez ha aumentado el mercado negro contra todas las predicciones de los legalizadores.
¿Importa la salud pública hoy?
Suena casi irónica la solicitada de la Sociedad Canadiense de Pediatría sobre los efectos del consumo de marihuana en el desarrollo mientras J.Trudeau (primer Ministro de Canadá) festejaba el triunfo de la venta callejera de la marihuana y así nos decía esta organización médica: adelgazamiento de la corteza cerebral, reducción de su volumen con alteración del desarrollo cerebral que recién culmina a los 25 años y a mayor potencia del alucinógeno en el cigarrillo y frecuencia de su uso el aumento de los síntomas psicóticos aumenta enormemente, decae el rendimiento escolar, aumentan los accidentes y se incrementa la depresión juvenil y la falta de motivación y el cáncer.
Esto que dice la Sociedad Médica de Pediatría Canadiense parece ser solo un “grito en el desierto”. La batalla cultural parece ganada ya que se manejó un marketing durante años (se la promociona como menos nociva que el tabaco) y la cantidad de clientes hará el resto ya que nadie defiende el consumo como el propio consumidor cuando está en “carrera”. Se transforma en su propagandista salvo cuando se rehabilita y se transforma en el mejor testimonio del auto-engaño.
La confusión parece estar triunfando ya que se confunde el cannabis medicinal y la marihuana vendida en las tiendas. El cannabis medicinal funciona como un verdadero “Caballo de Troya” (instrumento de engaño que usaban los griegos al tomar posiciones enemigas) para imponer el “porro” como uno de los objetos de venta. El llamado “cannabis medicinal” se anuncia como un suplemento milagroso (estrategia de mercado) desde ansiedad hasta acné, inflamación hasta insomnio, esquizofrenia, estrés y trastorno de estrés postraumático. El compuesto, conocido como CBD, aparece en suplementos para la salud, helados y bebidas infundidas, pero los investigadores advierten que los clientes pueden estar pagando precios muy altos por muy pocos beneficios para la salud.
Escuchar a los damnificados
Escuchar es una señal de sabiduría y como enseño el gran filósofo G.Marcel “sabiduría es solo sentido común”. Una lectora de nuestras columnas me escribe con la sencillez del vecino que ve como su barrio se dañó: “No quiero que mis amigos, conocidos, mis hijos y nietos, si algún día los tengo, den por buenos este tipo de mensajes bajo una aureola de modernidad. Con lo que ha costado reducir el consumo de tabaco y alcohol en nuestra sociedad, no creo que ese sea el camino a seguir y el consumo de marihuana en el barrio es una ruleta rusa“.
Sobre esto recuerdo a una paciente que vi en consulta en Brasil que me decía: "...a los 16 es como si hubiera entrado en un parque de diversiones con mucha adrenalina...cocaína y marihuana...a los 20 me subí a una montaña rusa y había entonces más adrenalina con más cocaína y marihuana...luego a los 25 ya entre en un tren fantasma lleno de alucinaciones y obsesiones ". "Desde los 16 fue mi compañía inseparable para transformarse después en un fantasma persecutorio, un tren fantasma".
En España hay colectivos de juristas del “matrix progre” (Estudio Jurídico Brotsanbert, especializado en salud pública y políticas del cannabis) que llegan a decir: “El Estado debe promover la salud, pero no por encima del desarrollo personal y la dignidad, hay derecho a tener mala salud” (esto ya lo escuche en algunos abogados argentinos que hablan del riesgo digno del drogarse).
Los tangos de Troilo nos enseñan: “No sabemos que trole hay que tomar” en el célebre poema popular “Desencuentro”.