Ya casi es un clásico. Se trata de las notas domingueras de Román Lejtman, acaso uno de los periodistas que más celebridad ha cobrado por recibir sobres por parte de los servicios de Inteligencia.
Lo dijo el propio Jorge Lanata en el marco del juicio por el atentado a la AMIA.
Ello explica sus erráticas columnas, carentes de evidencia y plagadas de suspicacias. Como la que publica hoy en Infobae, titulada: “Impunidad, un negociado con energía nuclear y la arrogancia política de Cristina: seis años del Memorándum con Irán”.
Allí, el periodista asegura que en Washington y Tel Aviv “hay suficiente información de inteligencia y judicial para probar que el régimen iraní de Mahmud Ahmadinejad intentó acceder a ciertos residuos de energía nuclear de la Argentina a cambio de firmar el Memo con Irán que establecía un defectuoso artilugio legal supuestamente diseñado para condenar a los responsables del ataque terrorista a la AMIA”.
Es curioso porque, a pesar de mencionar que hay “suficiente información”, Lejtman jamás aporta la evidencia al respecto. Está claro que se trata de datos provenientes de los servicios de inteligencia de EEUU e Israel.
Lo admite él mismo en su nota, al mencionar que Mauricio Macri “tiene excelentes relaciones diplomáticas con Estados Unidos e Israel y no pagaría ningún costo político si solicita esa información clasificada que está en los archivos secretos de la CIA y el Mossad”.
Entonces… ¿cómo sabe Lejtman que existen esos datos allí? ¿No es obvia su relación con las agencias de espionaje foráneas, como vengo sosteniendo hace más de una década?
Lo peor no es eso, sino el hecho de que cuele operaciones disfrazadas de información, a pedido de esos mismos servicios de “inteligencia”.
Incluso sorprende que utilice el mismo argumento que solía mencionar Alberto Nisman cuando se le pedían evidencias sobre la responsabilidad de Irán en torno al atentado a la AMIA.
“Las pruebas las tiene la CIA y el Mossad… nunca las vi, pero les creo cuando dicen que las tienen”, dijo el fallecido fiscal a quien escribe estas líneas y a Fernando Paolella, autores del libro AMIA, la gran mentira oficial. Un verdadero papelón.
Respecto de la tecnología nuclear, que sería el punto de intercambio del memorándum, los especialistas más reputados ya explicaron que no son compatibles la argentina y la iraní.
Uno de ellos es Carlos Pérez Llana, ex embajador argentino en Francia y docente de la Universidad Siglo 21: “Yo no creo que sea cierta la explicación que dice que la tecnología nuclear argentina es igual a la iraní: la metodología argentina es a través de la difusión gaseosa y el sistema iraní es con centrifugadoras”, sostuvo.
Acto seguido, el especialista aseguró que la explicación del acuerdo con Irán “es ideológica”. Lo explicó de la siguiente manera: “En 2008 hubo una gran crisis de capitalismo en EEUU que afecta también a Europa; el mundo cambió, el poder se desplazó como si fluyera por una tubería: uno baja y el otro sube. Se cosificó el 2008: EEUU está condenado a no crecer y Europa a desaparecer. Consecuentemente han nacido los emergentes, que duermen en la misma cama pero sueñan totalmente distinto. En ese mundo, encajaba Irán, un gran antiamericano por parte de un presidente que se estaba yendo, Amadinejad, y sobre todo Chávez que se creía una suerte de Napoleón que iba a tener un liderazgo heredado del castrismo. En ese contexto, intenta hacer de bróker, de acercar a las partes. Chávez le dice al gobierno argentino, ‘acá está garantizado el pasaje a primera’.”
¿Lo entenderá Lejtman o seguirá operando para intereses foráneos?