Mar del Plata es una de las ciudades balnearias más importante de Argentina en lo que a turismo se refiere, contando con la infraestructura hoteleras más amplia del país. La feliz -tal la denominación vernácula de esta ciudad- está ubicada en la costa del mar Argentino, al sudeste de la Provincia de Buenos Aires y es la cabecera del partido de General Pueyrredón. Asimismo, Mar del Plata es uno de los puertos más destacados del país, lugar desde el cual parten muchas de las exportaciones argentinas: lícitas e ilícitas.
Hace un par de fin de semanas este periodista estuvo allí indagando sobre temas varios, entre ellos tráfico de drogas. Parte de lo investigado, concerniente a la complicidad de la Justicia y la policía en el narcotráfico y el contrabando en general, muestra a las claras cómo se hacen carne las sospechas de la relación con las drogas de caudillos políticos de "alto estrato".
Mar del Plata es, según palabras de la DEA (agencia norteamericana de lucha contra el narcotráfico) uno de los lugares de exportación de drogas más importantes del país. Por allí parten la mayoría de los cargamentos de narcóticos que llegan a Europa, generalmente camuflados entre merluza o envases de "productos" de mar como los langostinos (1).
En esa ciudad balnearia conviven prostitutas, dealers, narcotraficantes y jueces que permiten todo tipo de ilícitos. Por lo menos así lo han hecho saber a este periodista aquellas personas que han sido entrevistadas para este artículo.
Esta historia en particular comienza cuando, en 1994, se decide promover como jueces federales a un par de abogados que anteriormente habían sido defensores de supuestos narcotraficantes marplatenses, junto a un tercero que no tenía mayores antecedentes en la justicia.
Se trata de Roberto Atilio Falcone, Mario Alberto Portela y Néstor Rubén Parra, quienes fueron elegidos a dedo para que ocupen la titularidad del Tribunal Federal Oral de Mar del Plata, junto con el oportuno Secretario, Facundo Luis Capparelli. Fue el comienzo de una historia que culminó con la desaparición de 50 kilos (o más) de narcóticos de la bóveda del referido tribunal. Droga que terminó a manos de travestis y dealers que la han vuelto a comerciar por la “feliz” ciudad balnearia.
Génesis
El "culebrón" real empieza en el año 1988, en el marco de la causa judicial Nº 2860 que tramitó en el Juzgado Federal Nº 1 de Mar del Plata a cargo de Eduardo Julio Petiggiani (2) caratulada: "Averiguacion por Infracción a la ley 23.737 (de estupefacientes)".
En ese momento se dispusieron intervenciones telefónicas para ayudar a la investigación del comercio de drogas y en las que apareció en escena la directa intervención de personalidades ligadas a la política como Eduardo Duhalde, de quien -ya en ese momento- se comentaba que estaba vinculado a la venta de narcóticos. De hecho, en esos días ya se lo llamaba “Papá porro”.
En una de las "escuchas" ordenadas por el Juzgado se podía apreciar cómo un narcotraficante hablaba con otro y le aseguraba que pronto estarían tranquilos porque asumiría "el hombre" como Gobernador de la provincia de Buenos Aires y podrían “trabajar” sin que nadie los molestara. Ese "hombre" era Eduardo Duhalde.
El juez Petiggiani decidió entonces actuar de manera contraria a lo que dicta la ética: se encontró con Duhalde -el principal sospechoso- a efectos de ponerlo al tanto del avance del expediente en varias oportunidades y en diferentes lugares.
Finalmente las escuchas desaparecieron y la causa fue archivada por Pettigiani con la connivencia del jefe de la División Narcotráfico, Pedro Klodzyck, logrando impunidad plena para el caudillo bonaerense y su séquito.
Gracias a este favor, cuando finalmente Duhalde fue elegido Gobernador de la provincia de Buenos Aires, Pettigiani fue designado Secretario de Seguridad de la misma provincia y Klodzick Jefe de Policía.
Algunos de los detalles de lo sucedido, llegaron a este periodista de boca del Dr. Alberto Castagnoli: "El expediente referido se trata de un documento interno que se encontraba en la Secretaría de Seguridad cuando Eduardo Pettigiani era titular de la misma en la gobernación de Eduardo Duhalde. Se decía que en ese expediente una persona de Necochea ya fallecida y Duhalde se hallaban seriamente involucrados en narcotráfico.
Ese expediente desapareció. En 1994 un comisario de la Policía Federal retirado que militaba en una línea interna del peronismo donde yo tambien participaba me dijo que eso era cierto pero que el expediente había desaparecido. Este policía trabajaba en la mencionada Secretaría.
Un año más tarde, en 1995, hubo internas en el justicialismo y Pettigiani, integrante de la Cámara Federal, renuncia para ser candidato a intendente. Los que comentaban el tema del expediente señalaban que Pettigiani -en virtud de lo que sabía- podía pedirle a Duhalde lo que se le ocurriera.
Es así que, transcurrida la elección general para Intendente de Mar del Plata (donde Pettigiani perdió), a los pocos meses pasó a desempeñarse como integrante de la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires ".
Lo cierto es que lo sucedido en Mar del Plata fue el puntapié inicial del aumento del delito en el conurbano bonaerense: narcotráfico, piratas del asfalto, ventas de comisarías, permisividad, zonas francas, etc...
Al mismo tiempo, la Justicia marplatense comenzó a ser digitada para “acompañar” la movida delictiva. Movida que persistió hasta que un dealer –muchos años después- confesó que la droga él que vendía en las calles de Mar del Plata provenía de un Juzgado Federal de esa misma zona.
Descontrol
"¿Qué puedo hacer para mejorar mi situación?", preguntó el dealer marplatense a los policías cuando lo detuvieron con varios kilos de estupefacientes de todo tipo (cocaína, marihuana y éxtasis). "Contar toda la verdad", le dijeron.
El narco hizo caso y confesó que la droga que él vendía se la conseguía Walter Galván, custodio del Tribunal Oral Federal de Mar del Plata. Horas más tarde, Galván fue detenido y estalló el escándalo.
A los investigadores les llamaba poderosamente la atención que Galván, de 40 años, hubiera ingresado a los 35 a la Policía Federal. "No es común. Y mucho menos que sea designado como custodio en un Tribunal", aseguraron oportunamente.
Fue el puntapié inicial de lo que se supo más tarde: que la droga que iba a parar a manos de los narcos provenía de la caja fuerte del juzgado marplatense. Un juzgado del que sólo tres personas tenían la llave de su bóveda.
Todo quedó al descubierto en el marco de un procedimiento a través del cual, el Tribunal Oral Federal sospechado, quiso hacer “desaparecer” la evidencia, haciendo una supuesta quema de droga que finalmente se suspendió cuando el Juez Eduardo Pablo Giménez, titular del Juzgado Federal N° 2, ordenó un arqueo de la caja fuerte de la discordia. El resultado fue revelador sólo había 6 kilos de droga de los 21 que figuraba en el acta respectiva. Asimismo, se descubrió que habían desaparecido otros 40 kilos.
Esta historia, que parece salida de una novela de ficción, ha sido posible gracias al desempeño de los tres jueces del Tribuna Oral Federal referido junto a su respectivo Secretario Judicial. Estos personajes aparecen en medio de una historia en la cual un grupo de narcotraficantes se mueven a sus anchas en uno de los puertos más importantes del país en lo que a narcotráfico se refiere y sus nombres aparecen, según las fuentes consultadas, muy involucrados en la entrega de estupefacientes a importantes dealers de la mencionada ciudad, junto a un grupo de policías que operan en consonancia.
Veamos brevemente parte del currículum de los jueces -y secretario- en cuestión:
- Mario Portela: juez del Tribunal Oral Federal. Candidato a concejal por el Partido Justicialista en la lista de Herminio Iglesias. Sacó sólo el 5 % de los votos. Abogado de Antonio Nicolosi, "socio" del concejal José Manuel Pico en operaciones de estafas imobiliarias. Abogado del supuesto narcotraficante Jorge Antonio. Durante el ejercicio profesional "vendía" su firma por $ 5.000 para que el juez penal Hofft se excusara. Permaneció en el poder judicial durante la dictadura militar y fue ascendido a Secretario de Cámara en el año 1978.
- Roberto Atilio Falcone: juez del Tribunal Oral Federal. Anteriormente abogado del grupo pesquero de José Greco, supuesto narcotraficante. Fue dueño del Banco Patagónico en causas de evasión tributaria, fuero que es de competencia del Tribunal que actualmente integra como juez y sobre cuya materia no se registra ninguna actuación a pesar de haber más de quinientas causas en condiciones de ser pasibles de juicio oral. Fue abogado defensor del terrorista Juan Martín Ciga Correa. Durante su gestión profesional, Falcone resultó ser defensor de numerosos evasores a la Ley Penal Tributaria, los cuales tenían relación directa con la actividad pesquera, cómplices del vaciamiento de la riqueza ictícola durante la gestión de Felipe Solá, quien junto con el entonces senador Antonio Cafiero promocionaron a Falcone para el cargo que hoy ocupa.
-Nestor Parra: juez del Tribunal Oral Federal. Ingresado a la Justicia durante la última dictadura militar conforme juramento de ley el 8 de Julio de 1981. Actualmente Parra integra el Tribunal Oral Federal de Mar Del Plata desde 1994 sin contar con antecedentes suficientes para ello. Según cuenta el periodista Samuel Blitz, “sólo lo logró por su amistad con el entonces senador por Santa Cruz y presidente del bloque de senadores justicialistas Pedro Molina quien también promocionó a su hermana Rita Molina como Fiscal Federal de San Isidro”. Parra fue impugnado oportunamente para integrar el Tribunal Oral por el actual integrante de la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata el Dr. Jorge Ferro por carecer de méritos para ocupar el cargo.
-Facundo Caparelli: Secretario del Tribunal Oral Federal de Mar del Plata. Fue secretario de Eduardo Pettigiani en la Secretaria de Seguridad de la provincia de Buenos Aires y, a su pedido, nombrado en el Tribunal Oral. Es quien durante su último día de gestión como juez Subrogante Federal sobreseyó a Felipe Sola y demás funcionarios comprometidos con el vaciamiento pesquero denunciado por Roberto Maturana, siendo pagado con la postulación a juez del Tribunal Penal 4 de Mar del Plata formulada por Solá a solo 44 horas del sobreseimiento. Único procesado en la causa judicial por la desaparición de droga en la bóveda del Tribunal Oral Federal. Según fuentes marplatenses aún no habría contado todo lo que sabe, pero se asegura que lo hará.
"Cuando uno observa en el tiempo quiénes son los jueces, cuál fue su rol antes (...) cómo llegan a sus cargos omitiendo como 'garantes' de que nada cambie. Mar del Plata tiene un aceitado sistema de 'facilitadores' del narcotráfico que arrancan desde el Juzgado que escondió y omitió denunciar la desaparición de una causa judicial, tiene a la Prefectura y Consorcio que les paga para que no vigilen. Por ello tenemos un récord mundial de exportaciones de 'merca' de la Feliz. Mientras los que deben custodiar no lo hacen, los que deben denunciar ocultan y los que deberían estar presos son en algunos casos Jueces y secretarios", admitió a este periodista el investigador Roberto Maturana, coincidiendo con todas las fuentes consultadas para la presente nota.
El cártel del Estado
"Si bien entiendo cómo opera el tema de la droga acá en Mar del Plata aún no comprendo quiénes son los supuestos narcos que intermedian en el negocio", indagó este periodista al Dr. Gustavo Demarchi, una de las fuentes consultadas para esta investigación.
"Mirá Christian, para entender cómo funciona la cosa tenés que entender que acá no hay cárteles de droga. Es como dice Lilita Carrió: el cártel es directamente el Estado, por eso no encontrás responsables más allá de los dealers de costumbre. No es un tema sólo local, es un tema nacional", respondió el interlocutor, en consonancia con otra fuente que aseguró que en Mar del Plata "vas a encontrar muchas complicidades, no sólo en la Justicia sino también en la policía, pero te va a faltar el 'Pablo Escobar Gaviria'. El gran narcotraficante. Ese lugar lo ocupa el Estado Nacional, mal que nos pese".
Ambas entrevistas, que fueron breves pero muy fructíferas, sirvieron –junto a una decena de otros testimonios- para entender cómo es el manejo del narcotráfico en una de las zonas más neurálgicas del país en lo que a contrabando se refiere.
Y es que casi todos los cargamentos de drogas que llegan a Europa (especialmente a España) salen del puerto de Mar del Plata. El sistema, según todas las fuentes consultadas, sería el siguiente: Se alquila un depósito cerca del puerto, se envasa la droga junto a ciertos productos de mar (a efectos de que el olor de los narcóticos queden suprimidos por estos) y se arma la "pantalla". Si todo sale bien, los productos de mar serán embarcados rumbo al viejo mundo sin que nadie sospeche.
Las fuerzas de seguridad actuarán en complicidad y el único juzgado Federal Oral de la zona hará la vista gorda. (3)
De esta manera la garantía de impunidad es total.
"En los últimos meses ha habido un enorme aumento de procedimientos en los que se desbaratan estos envíos y se incauta droga en la zona de Mar del Plata. Siempre detrás está la DEA", comentó la última fuente consultada para este artículo.
Mientras se terminan de escribir estas líneas, los embarques con droga no cesan de partir no sólo desde Mar del Plata sino de otros puertos a los que nadie presta atención como Campana.
¿Tendrá algo para decir a ese respecto Ricardo Echegaray, el kirchnerista administrador de Aduanas?
El tiempo dirá...
Christian Sanz
(1) Por caso, recordar la tristemente célebre "Operación Langostino" del 12 de julio de 1988.
(2) Pettigiani posteriormente fue ascendido a Secretario de Seguridad de la provincia de Buenos Aires en el gobierno de Eduardo Duhalde.
(3) Téngase presente que toda causa Judicial referida a estupefacientes puede ser resuelta únicamente por la Justicia Federal.