En alguna oportunidad, el presidente mencionó: “trabajé 14 años con mi padre, puedo soportar cualquier cosa”.
La rígida frase no fue casual, la relación entre Franco y Mauricio, si bien fructífera, no era la mejor. Aquella declaración dejó ver por la cerradura la dureza del fallecido empresario hacia su hijo.
De todas formas, las disidencias que ambos poseían con el otro eran hartas conocidas, pero se dejaron ver aún más en el momento en el cual el actual jefe de Estado asume la presidencia.
Es dable destacar que Franco Macri había incorporado a su hijo a SOCMA en 1984, solo un año más tarde, el actual mandamás argentino, ostentaba el oneroso cargo de gerente general.
No es casual tampoco que Macri hijo haya decidido meterse en el mundo del futbol y la política, según han sabido asegurar personajes cercanos a la familia, Mauricio quería escaparse de las sombras de su padre y su grupo empresarial.
El padre del presidente respondió ante ello los primeros días de 2017, Mauricio llevaba un año al frente del país y Franco calificó esa gestión con un escueto 5.
Aunque destacó que en tan solo 12 meses no había mucho más que se pudiera hacer, aquel 5 llamó la atención de los medios masivos de comunicación por la dureza con la que el padre del presidente había calificado a su hijo.
Incluso, le recomendó no pelear por la reelección: “Como padre le digo, cuatro años es suficiente. ¡Deber cumplido!” resaltó Franco ante la prensa.
Mauricio Macri respondió a ello pocas semanas después, mediante una conferencia de prensa y destacando la dureza que exteriorizaba su padre: “El 5 de mi papá es como un 10 tuyo, así que estamos bien” manifestó entonces el presidente.
Sin embargo, más allá de las diferencias, el líder del clan Macri había mencionado que “con el corazón no quería que sea presidente, con la mente sí”, como una forma de darle cierto empuje luego de haber llegado al cargo más alto del país.
Por más rara que haya sido la relación entre ambos Macri, el cariño familiar siempre estuvo y en los momentos mas dificiles hubo apoyo, el caso mas resonante que da cuenta de ello es el del secuestro del hoy presidente.
Con plata todo se resuelve
“Viejo, estoy secuestrado. Hacé lo que te digan” escuchó Franco Macri al atender el teléfono aquel agradable día del 24 de agosto de 1991.
Del otro lado se encontraba Mauricio Macri, Actual presidente de la Argentina, quien había sido secuestrado por un grupo de oficiales y suboficiales de la Policía Federal.
Acto seguido, uno de los secuestradores toma el teléfono y le pide una sola cosa al fallecido empresario a cambio de su hijo: La friolera de 6 millones de dólares, en fajos de 10 mil y con denominaciones no consecutivas.
Fueron doce largos y angustiantes días para el padre del presidente. Fueron casi dos semanas de incertidumbre para Mauricio. Fue un cachetazo, un vendaval el llamado de Macri hijo a Macri padre.
Sin embargo, todos conocemos el final de la historia, esos doce fatídicos días y esos 6 millones de pesos quedaron atrás, el alivio le llegó al empresario.
Aunque no fue la única vez que Franco tuvo que enfrentarse al secuestro de uno de sus hijos.
12 años después fue secuestrada Florencia Macri, quinta y última hija del fallecido padre del presidente.
La hermana menor del jefe de Estafo fue secuestrada en el año 2003, saliendo de estudiar en el barrio porteño de San Telmo, cuando se dirigía hacia su hogar
Sin embargo el destino le tenía preparada una sorpresa, “otra vez el burro al trigo” diría un campesino, Florencia fue secuestrada, aunque liberada en cuestión de horas tras el desembolso de 800 mil dólares.
Los cordobeses con la muerte del padre del presidente estamos muy sorprendidos, porque el Multimedio Clarín cuando murió De la Sota le dedicó dos días completos de pantalla al aire, con el periodista Massaccesi de Río Cuarto hartándonos con las pavadas que decía, resumiendo, rompiéndonos y rompiéndonos.. La verdad que los aportes deben ser diferentes para las pautas publicitarias, porque nosotros en pavadas propias gastamos más de 300 o más millones, sobre todo en canales de Buenos Aires. Se entiende ahora el silencio en córdoba de los desastres que vivimos y el silencio que opera .Que operan, operan.