A pesar de que algunos medios insisten en comparar lo ocurrido en Neuquén —donde el Movimiento Popular Neuquino conservó la gobernación de la provincia— y la ruptura de Cambiemos en Córdoba, una cosa nada tiene que ver con la otra.
Lo ocurrido en el primer distrito en nada afecta al oficialismo (para el gobierno era más importante que perdiera Cristina a que ganara su candidato); lo sucedido en el segundo, sí, aunque Elisa Carrió insista en decir que “no se rompió nada”.
De hecho, hace apenas unas horas, la Justicia Electoral de Córdoba oficializó el quiebre de la alianza electoral Cambiemos para competir en las elecciones provinciales cordobesas, luego de resolver favorablemente el pedido del PRO para que lo desvinculara de la coalición, tal como ya lo había solicitado horas antes el Frente Cívico.
En buen romance: habrá dos listas que se disputan la gobernación por el mismo espacio, los radicales Mario Negri y Ramón Mestre, lo harán con lista propia y separadas.
Para que no queden dudas al respecto, la jueza Electoral Marta Vidal dio a conocer la resolución en donde sostiene que “la constitución de alianzas transitorias se materializa con el acuerdo de etre dos o más partidos políticos”, por lo tanto y al no poder convalidarse ese requisito “corresponde dejar sin efecto” Cambiemos. No hay mucho más que agregar.
El principal referente del Frente Cívico y candidato a intendente de la ciudad de Córdoba, Luis Juez, presentó el pedido ante la jueza Vidal para que “libere” al partido políticos de continuar en Cambiemos, y lo mismo solicitó el PRO, que fue acepado por la magistrada, mientras que desde la Coalición Cívica-ARI también expresaron el apoyo a la lista encabezada por Negri.
Entretanto se resolvía la situación en la justicia electoral, la Mesa Nacional de Cambiemos hizo un último intento de unidad para resolver la disputa entre ambos candidatos.
Si no funciona, el gobierno dejará librada la definición a los partidos de la provincia. “De ese modo, el Gobierno buscará tomar distancia del enfrentamiento para acotar el daño a la candidatura presidencial de Mauricio Macri”, según publica hoy diario Clarín.
El mismo matutino revela detalles de la cumbre en la Casa Rosada, refrendada en el despacho de Marcos Peña, donde habría habido momentos de tensión durante las dos horas en que los representantes de los tres partidos discutieron sobre los aumentos de tarifas de los servicios públicos y por la pulseada en Córdoba.
“Hasta el miércoles (por mañana) tienen tiempo de llegar a un acuerdo, vamos a agotar todas las instancias que quedan, pero a esta altura es muy difícil”, coincidieron un referente del macrismo y de la Coalición Cívica ante la consulta de Clarín.
Aunque no lo mencione, el gobierno sigue con preocupación el culebrón cordobés. No tanto por lo que pueda ocurrir de cara a octubre, sino más bien por cómo pueda interpretar la ciudadanía el quiebre en esa provincia. Ello explica las furiosas reuniones que intentan, sino resolver, al menos amortiguar el impacto de la ruptura.
Por ahora, pareciera que solo un milagro podría revertir la situación. Pero en la política nunca se sabe. Menos aún en la Argentina.