(Primera parte de esta nota se puede leer acá) Al momento de escribir esta carta de lectores puedo decir que hablé, brevemente, con una persona de Brenson. No se identificó, ni yo le pedí su nombre.
Entiendo que es al menos un supervisor de ventas. Yo pedí hablar con el gerente. Llamaba, imagino, merced del último intento de hablar con alguien antes de mi primera carta de lectores. Un poco tarde la respuesta.
Para colmo cuando llama mi teléfono se había quedado sin batería y lo tuve que llamar yo después. Lo primero que me dijo esta persona es que estaban dispuestos a darme el auto sin más. Es decir, me hacían la entrega y terminado el asunto, pero esto no era de ninguna forma una solución.
La financiación, al 100%, me ata a Brenson por 84 cuotas/meses. NO GRACIAS. Por otra parte yo no tengo deseos de asociarme con gente que de entrada tuvo toda la intención de estafarme. Quiero la devolución de mi dinero. Y que tengan presente que en este país hay inflación. A la hora de actualizar las cuotas no dudan. Cuando hay que devolver es en pesos. Y, también, que hubo un perjuicio. Y una negativa, podríamos decir que continua, de devolverme lo que me corresponde. Me pregunto quien me vendió el plan, que auto tenía en parte de pago (un cacharro, confieso) y el plan anterior. En principio no me pareció relevante decirlo: “Ustedes se manejan todos igual”, algo que puso a mi interlocutor a la defensiva. No era una generalización gratuita: todas las personas con las que trate en Brenson se comportaron de la misma manera. Podemos hoy incluir a esta persona también. “Hablamos el lunes” me dijo un viernes. Desde ya que no le di mayor crédito a mis oídos. Al momento de escribir esta breve carta de lectores es martes por la tarde. Llame yo a esta persona en dos oportunidades y la llamada no fue devuelta. Todo dicho.
Una investigación somera nos muestra hasta qué punto lo que hace Brenson no es una práctica aislada como me quiso hacer creer mi interlocutor el otro día sino que algo sistemático.
Nicolás Sanz en este mismo medio describió la operatoria sin medias tintas, en primera persona. Recibí con copia un email para Carlos Forte de un damnificado más de Brenson. Y con una búsqueda abreviada podemos encontrar numerosos ejemplos. Hacen paginas de Facebook, comentarios en Google, Twitter y otros lugares para de alguna manera descargar su bronca, hacer catarsis y continuar con sus vidas. Algunos contactan abogados, pero a sabiendas que es un largo camino de resultado incierto.
El camino penal pareciera que es tan desalentador como el civil. Si no gozaran de cierto grado de impunidad ni-siquiera intentarían hacer estas cosas. No solo las hacen sino que no disimulan. En el mejor de los casos hacen una breve encuesta para cubrirse al momento de otorgar el plan preguntando si el vendedor explicó que el Plan Ovalo es por sorteo o licitación. ¡Que pregunta jugada! Me hubieran preguntado: “¿El vendedor le prometió una entrega en alguna fecha determinada?” o “¿El vendedor le explicó que solo puede licitar con dinero depositado en una cuenta? Desde ya que no les importa. Para Brenson hay que vender. COMO SEA.
Entonces yo, desde mi experiencia, tengo que decirle a todo aquel que quiera escucharme que a Brenson no hay que comprarle ni una tuerca. Porque son, hablando mal y pronto, garcas. Y pensar ingenuamente que si me estafaron fue un caso excepcional y que al resto no lo hacen o harían es ponerse a merced de gente inescrupulosa en forma innecesaria. Compren en otra concesionaria. En la última semana estuve viendo, también había averiguado antes, que hay muchos planes con entrega pactada. ¡O al menos así dicen! caveat emptor* estimados lectores.
Si la ocasión lo amerita y Tribuna de Periodistas accede habrá una tercera y, Dios quiera, última parte para esta historia. Después de todo todavía no me devolvieron mi dinero. También solicito a quienes tengan conocimiento del tema si me pueden decir, vía email, que tan viable es la vía penal y la civil para estos casos. Desistí de la defensoría del pueblo porque esta ya me fallo antes, algo que amerita una nota aparte. Si el defensor del pueblo no esta para estos temas, ¿Para que esta? Ya recibí algunas opiniones pero me gustaría saber mas. Yo tengo mis propias ideas sobre cómo continuar, pero ante la inminente semana santa y algunos imprevistos todo queda pospuesto para un poco más adelante. Brenson ya determinó que si quería mi dinero de vuelta no sería por medio del diálogo. Todo un mensaje a la sociedad de lo que son las concesionarias. El estereotipo del vendedor de autos se queda corto. La realidad supera la ficción.
Felices pascuas para todos. En particular a mi interlocutor en Brenson, que se toma los recesos muy a pecho.
Gonzalo Acosta
@GonAcostaOK
gonzalo.j.acosta@gmail.com
*Vieja expresión latina que significa "cuidado por parte del comprador"
Yo fui estafada también. Es un relato muy parecido al tuyo. Ya pase por Defensa al consumidor y estoy en plena etapa de inicio de juicio (particular). Pruebas en mi poder (que me quisieron desaparecer), jurisprudencia ya asentada y una ganas enormes de que nadie mas pase por lo mismo. La desfachatez con la que te tratan, como si estuviesen tratando con niños de jardin. Indignante es poco. Pero me quede con la palabra de la abogada representante DE ELLOS, en Defensa al Consumidor: "ellos juegan tirando hasta el ultimo minuto porque creen que la gente no llega a la instancia judicial, un terco, porque terminan perdiendo mas plata" refiriendose (por terco) puntualmente al Gerente de casa central. A quien le dije si se referia a "x" y me dijo que si, exactamente.