La elección a gobernador que se disputó ayer en la provincia de Córdoba, divisó nuevamente datos que se vienen repitiendo a lo largo de cada una de las votaciones, ya sea provinciales generales, PASO o comunales.
En Córdoba volvió a ganar el oficialismo, quedando Juan Shiaretti con el 53,97% de los votos, dejado en segundo lugar a Mario Negri de Cambia Mendoza (por Cambiemos) con el 17,78% de los sufragios y en último lugar a Ramón Mestre por la Unión Cívica Radical, con el 10,97% del aval social.
Es dable rememorar que en las comunales que se realizaron con anterioridad, en la mayoría de las comunas ya había ganado el oficialismo, ello quiere decir que estos resultados eran tan razonables como esperables.
También merece destacarse que tanto Mestre como Negri felicitaron a Schiaretti por la victoria y asumieron su derrota recibiendo el “mensaje de las urnas”.
En tanto, el espacio kirchnerista prefirió no jugar para no perder. El diputado Pablo Carro de Unidad Ciudadana se bajó de la candidatura semanas atrás a pedido de la mismísima ex presidenta Cristina Fernández tras la derrota cantada que auguraban las encuestas.
Ello deja a las claras quién es quién en el ámbito político. El peronismo federal, representado por Schiaretti, se diferenció tajantemente del kirchnerismo al remarcar que seguirá garantizando “la libertad de expresión”.
Por caso, se espera que el peronismo federal de Córdoba, siente bases junto al espacio de Cambiemos y la UCR, dejando afuera al kirchnerismo que sería la antítesis del partido local.
Si bien Cambiemos suma otra derrota como las sufridas en Neuquén, San Juan, Rio Negro, Chubut, Entre Ríos y Santa Fe, sigue sintiendo un palpable alivio por la sistemática perdida del kirchnerismo en cada una de las provincias, dándole el respaldo y la ávida confianza que necesita para llegar más calmo a las presidenciales.