La llegada de Guillermo Nielsen al equipo económico que asesora a Alberto Fernández supone un giro de 180 grados a la economía que hizo Cristina Fernández de Kirchner en su último mandato.
“Los desvaríos de la política económica que comenzaron en el gobierno de CFK, especialmente en el segundo gobierno, y no fueron resueltos en los primeros años de Cambiemos, han minado la confianza, que es el insumo fundamental de la Política Económica”, aseguraba Nielsen a comienzos de año en una nota hecha por el diario Perfil.
El especialista ha propuesto en el último año “bajar el peso” que tiene el Estado en la economía argentina, con medidas como eliminar las retenciones a las exportaciones, reducir los subsidios a la electricidad y otros servicios, y acotar los planes sociales pasando “un peine fino” a los gastos.
El economista se acercó hace más de un año a las filas del Partido Justicialista donde acompañó a Guillermo Moreno en el armado del equipo económico.
Quien fuera el Secretario de Finanzas de Roberto Lavagna, tuvo una visión crítica del manejo de la economía por parte de Mauricio Macri, a quien acusó de “balcanizar” el ministerio de Economía, y dejar el manejo de ese sector a manos de hombres de negocios como Gustavo Lopetegui y Mario Quintana, a los que apuntó de no conocer “las complejidades” que tiene el manejo de la economía de una Nación.
A finales del 2017, Nielsen aseguraba que las tarifas de energía y trasporte “estaban ridículamente atrasadas” y que la inflación de ese año, cercana al 24 % se debía a la mala política monetaria y fiscal que llevo adelante el gobierno de Cambiemos.
El economista reconoce que “hay solo dos sectores” a los que les va bien, y que son el petrolero, por la explotación de Vaca Muerta, y el agrícola.
Pero a contramano de los que dicen que Vaca Muerta “es una oportunidad”, Nielsen asegura que ya es una realidad y que no basta con que provea al mercado interno y permita reducir los US$ 3.500 millones de déficit de balanza comercial energética que tiene el país, sino que “tiene que salir a exportar” para lograr un superávit de US$ 10.000 millones.
En el sector agrícola, y con una soja que está en US$ 300 la tonelada, en lugar de los US$ 600 que estaba por el 2004/5, “es necesario quitar las retenciones” para que el campo gane rentabilidad y competitividad.
Y con respecto a los planes por desempleo, Nielsen se preguntaba “Ahora las organizaciones que reciben subsidios cortan el tránsito y se pasean encapuchados y armados con palos. ¿Tenemos gobierno? Fabián Quintá