Este domingo, el gobernador peronista Gildo Insfrán consolidó su poderío en Formosa al obtener su sexta reelección con el 72,4% de los votos, un resultado que le permitirá extender su gobierno por un período de 28 años.
El mandatario se alzó con más del 70% de los sufragios, seguido por el candidato del Frente Amplio Formoseño, Adrián Bogado, con el 27,1%, y la postulante del Partido Obrero, Natalia Coronel.
En las elecciones de 2015, Insfrán había obtenido el 73% de los votos, en tanto que en las legislativas de 2017 su fuerza había alcanzado el 61%.
Lo que se esconde detrás de esos números es el tan repudiado clientelismo, que se viralizó ayer mismo a través de las redes sociales.
“Va llegando la muchachada desde otras provincias y Paraguay a votar por Gildo Insfrán. Pagados con la nuestra", sostiene el posteo, que muestra un video con el supuesto arreamiento de votantes.
#Formosa Va llegando la muchachada desde otras provincias y Paraguay a votar por Gildo Insfrán. Pagados "con la nuestra." pic.twitter.com/6i88AM63cF
— Jorge (@jorgedechaco) June 15, 2019
Para paraguayos y bolivianos que vienen a votar por políticos corruptos en Argentina les doy la solución para tener definitivamente dignidad: sincerarse. Son pocos los políticos, dirigentes sociales e intelectuales de Bolivia y Paraguay que saben perfectamente que sus respectivos países son secesiones de Argentina. Hasta 1810 y teniendo al Puerto de Nuestra Señora de la Santisima Trinidad de los Buenos Ayres como capital del enorme Virreinato del Río de la Plata, posterior Provincias Unidas del Río de la Plata, todos esos territorios más Uruguay y porciones importantes hoy en poder de Brasil fueron parte de la primitiva y legal soberanía argentina. Argentina fue amazónica hasta el río Madre de Dios y todo el Chaco como región natural fue parte del país. Entonces considero que podrían plantearse retornar a la soberanía argentina y conformar definitivamente la República Plurinacional Argentina de carácter federal y democrático.