Se vienen tiempos difíciles para el periodismo, así lo dejó entrever el hoy presidente electo, Alberto Fernández, durante la campaña electoral teniendo actitudes de intolerancia hacia la prensa. El último de los casos que puede mencionarse refiere al encontronazo que tuvo con Rodrigo Alegre, a quien mandó a trabajar de periodista.
No es nada nuevo, ni algo a lo que no se hayan referido puntuales colegas, sin embargo se agrega un nuevo episodio a esta saga.
En una entrevista brindada al medio ultrakirchnerista El Destape Radio, el secretario general de Camioneros, Hugo Moyano, indicó que los periodistas que “mintieron” o “inventaron cosas”, deben “pagar como hijo de buen vecino”.
Lo que dice el sindicalista es elocuente, hasta entendible, excepto por un punto clave: lo que insiste en denominar como falacia no es tal, claramente Moyano hace alusión al señalamiento de gente de prensa a los acusados por actos de corrupción de la era k, cónclave en el que se encuentra el propio líder Camionero.
Dicho sea de paso, en otro momento de la misma entrevista sostuvo que “en muchos casos han hecho mucho daño acusando gente”, agregando que “esto tampoco puede ser gratis”.
En esas líneas, lo que está intentando expresar es que, quienes pagarán el precio, son los periodistas que investigaron y ahondaron en actos ilícitos, en los que se encuentran perjudicados él y su gente, y sobre todo aquellos independientes, quienes sin temor, fueron contra muchos de los que hoy vuelven a tener poder.
Es necesario destacar que Moyano no es un simple peón dentro del ámbito político, es un tipo que supo construir poder sobre la base del peronismo, es, de hecho, el sindicalista con mayor poder de la Argentina.
Sus declaraciones no son casuales, ya que fue quien envió una solicitud a la Justicia con el fin de tener acceso al listado de las fuentes de información de Alfredo Leuco, Luis Majul, Gustavo Grabia y Alejandro Fantino.
Por suerte, este intento de atropello hacia la prensa quedó trunco, ya que la Sala II de la Cámara Federal integrada por Leopoldo Bruglia y Martín Irurzun, homologaron la resolución del juez federal Ariel Lijo, desestimando de esta manera la inusual solicitud del ex secretario general de la CGT, patrocinado por el siempre polémico Daniel Llermanos.
Además de todo lo antes dicho, es necesario destacar que Moyano siempre cargó contra la prensa, tratando a los periodistas de “locos” cuando hacían acusaciones de alta gravitación que lo dejaban contra las cuerdas.
Todo esto tiene correlato si se tiene en cuenta la cercanía de Hugo Moyano con el Gobierno entrante, dicho sea de paso, supo reunirse con Alberto Fernández, con Axel Kicillof y hasta con Matías Lammens durante la campaña electoral.
Hasta le prometió paz social al presidente electo, solo a cambio de algunos puestos en el Gabinete para sus hijos, los cuales, todo indica que serán cedidos y, de esa manera, Moyano responderá a las órdenes de Alberto Fernández y viceversa.
Lo que se viene, será complicado para el periodismo, en especial para el independiente y de investigación. La prensa será clausurada y quien no cumpla con las órdenes tendrá que soportar las represalias que estos personajes consideren.
La libertad de expresión está en juego, y con ella, la libertad en general, ya que, según supo manifestar Liu Xiaobo, defensor de los derechos humanos y Premio Nobel de la Paz en 2010, “la libertad de expresión es la base de los derechos humanos, la raíz de la naturaleza humana y la madre de la verdad. Matar la libertad de expresión es insultar los derechos humanos, es reprimir la naturaleza humana y suprimir la verdad”.